Rubén Blanco no dudó en calificar de "final" el choque de este sábado del Celta contra el Girona en la cual, a su juicio, los celestes se juegan "mucho más" que su rival.

"Tenemos una final el sábado. De perder se pone la cosa muy complicada; no imposible, pero sí complicada. Y ganar sería un paso importante; no definitivo, tampoco, pero meteríamos a un rival ahí abajo que seguro que pensaba que no lo iba a pasar tan mal", comentó el internacional sub21 tras recibir el premio "Estrella Galicia" al mejor jugador del mes de marzo.

El meta gallego recordó que quedan seis partidos en los que se va a decidir "el trabajo de una temporada" e insistió en la importancia del duelo ante el conjunto dirigido por Eusebio Sacristán. "Es un partido en el que nos vamos a jugar mucho los dos pero nosotros mucho más que el Girona porque estamos por debajo en la tabla y jugamos en casa", señaló el portero gallego.

Rubén Blanco ve en el Girona a "un gran equipo" que se ha metido "en una dinámica negativa" tras encadenar cuatro derrotas seguidas. "Ahora está en una situación parecida a la nuestra", reiteró el portero celeste, para quien su equipo está "en el buen camino" a pesar de que no haber puntuado en su último partido contra el Atlético de Madrid.

"La línea la tenemos bien marcada y sabemos hacia donde vamos, confío en hacer un buen partido y sacar los tres puntos. Yo quiero ganar, me da igual cómo. A estas alturas de la temporada lo importante es ganar, da igual cómo lo consigamos, nos estamos jugando la vida y vamos a ir a tope", destacó.

El portero no quiere hacer cálculos de cuántos puntos necesitarán para evitar el descenso: "Creo que nos equivocaríamos si echamos cuentas, pero sacando los partidos de casa está la salvación más cerca. Quedan seis partidos y todos nos estamos jugando mucho. La próxima semana será muy importante porque se juegan tres partidos. Puntuar en esos tres partidos sería determinante".