"Nos vamos a jugar el trabajo de toda la temporada en seis partidos". Así de tajante se ha mostrado este mediodía Rubén Blanco tras recibir en A Madroa el premio Estrella A MadroaGalicia al mejor jugador del Celta en el pasado mes de marzo. El portero mosense ha asegurado que, pese a la última derrota cosechada en el Vicente Calderón, el equipo celeste se ha quitado "la sensación de impotencia" que lo ha acompañado en los tres meses en los que ha estado ausente Iago Aspas y afronta con buenas perspectivas el tramo decisivo del curso, empezando por el duelo de este sábado frente al Girona, que no ha dudado en calificar de "final".

"Fuimos con ganas al Wanda Metropolitano y creo que no hicimos un mal partido en un campo difícil y ante un rival de mucha entidad. No pudo ser, pero lamentarnos no sirve de nada porque el sábado tenemos otra final", ha subrayado el guardameta, que ha precisado: "El Girona es un rival que conocemos bien. Es un gran equipo, que lleva una dinámica negativa y está en una situación parecida a la nuestra. Es un partido en el que ambos nos jugamos mucho, pero más nosotros porque jugamos en casa", ha observado.

Rubén considera, en este sentido, que "sacando los partidos de casa" el Celta "se acercará a la salvación" y espera también verse beneficiado por los diversos enfrentamientos directos que tienen que afrontar sus rivales, pero rehusa plantearse cuántos puntos pueden ser necesarios para la salvación. "Nos equivocaremos si hacemos cuentas porque todos nos jugamos mucho", ha señalado el canterano, que ha destacado la importancia de la afición para ayudar al Celta a permanecer en Primera División. "La afición es importantísima. Conseguir remontar partidos es complicado y, sin la ayuda de la afición, sería muy difícil", ha reconocido.