Hugo Mallo parece, desde una perspectiva externa, el claro ejemplo de jugador que está pagando el exceso de responsabilidad en situaciones dramáticas. El lateral marinense, prodigio de regularidad durante los últimos años, uno de los defensas más consistentes de Primera División, está firmando su peor temporada. Numerosos factores confluyen: estados de forma, molestias físicas, dinámicas colectivas, interioridades tácticas... En ocasiones el fallo individual no es más que el epílogo de una cadena. Y un lateral depende en gran medida de la ayuda que le preste el interior. Mallo, en este sentido, posiblemente haya añorado a Daniel Wass.

De la implicación del canterano no cabe dudar. "Está metido al máximo", aseguran desde las proximidades del vestuario. Hugo Mallo se toma muy en serio su papel de capitán, que Manolo incluso refrendó como herencia histórica en la ceremonia del Memorial Quinocho en la que se celebró la renovación del marinense.

Mallo entiende además que el sacerdocio de la capitanía incluye un componente oral. Aquel chiquillo tímido, que rehuía las entrevistas y ruedas de prensa, acepta ahora ejercer de portavoz, aunque sea dosificándose. Y es muchas veces quien realiza las declaraciones sobre el propio césped, cuando el corazón aún galopa desbocado.

Mallo huye del tópico. Deja recados. "La gente que no esté preparada a lo mejor no debe estar aquí", comentó tras la derrota en Valladolid. "El mercado de invierno nos hizo mucho daño; los agentes hacen mucho daño", indicó tras la victoria sobre el Sevilla, cuando creía que el equipo iba a iniciar la remontada. El miércoles, en El Alcoraz, criticó a Boufal: "Hemos perdonado en una jugada clara el 0-3 que hubiera sido la sentencia. Boufal tenía a Iago Aspas solo en el segundo palo pero prefirió tirar y se le escapó. Si entra, el encuentro se acaba. Tenemos que ser menos egoístas en ese tipo de acciones".

El defensa rectificó ayer esa declaración mediante un mensaje en sus redes sociales: "Nada más sonar el pitido final he atendido a la televisión enviando un mensaje equivocado sobre un compañero. Me expliqué mal o se me entendió mal, esa no era mi intención. No soy nadie para hacerlo y yo soy el primero que fallo. Todos tomamos buenas y malas decisiones. Lo más importante es que somos un equipo y puedo aseguraros que este vestuario está unido y conjurado para sacar adelante esta situación. No hay que darle más importancia".