El Celta ha conseguido cuatro puntos en los dos partidos disputados desde la reaparición de Iago Aspas. Tantos como en los once en que no dispuso de su estrella -incluyendo el de Getafe, donde disputó 20 minutos con el equipo celeste en inferioridad numérica-. Un botín que no vale para abandonar las posiciones de descenso, pero sí para aproximarse a ese objetivo y a la vez disparar las previsiones matemáticas sobre la salvación. Porque el Celta se ha convertido en el mejor 18º en la 30ª jornada desde su regreso a Primera División y en uno de los mejores del siglo XXI en la liga española.

Desde esa temporada 2012-2013, que concluyó con la permanencia del 4% para los anales célticos, ningun otro equipo había ocupado posiciones de descenso con tantos puntos a falta de ocho jornadas. El Hércules también sumaba 29 a esas alturas en la temporada 2010-2011.

La permanencia más cara de esta secuencia corresponde a la temporada 2013-2014. Osasuna bajó habiendo sumado 39 puntos. En general han sido años de permanencias relativamente baratas gracias a que los tres damnificados se han descolgado con cierta prontitud. De hecho, el Deportivo solo sumó 29 puntos el año pasado como antepenúltimo y el Sporting, 31 en 2017

Sí hubo equipos en lo que va de siglo que habitaban la zona roja en la 30ª jornada con mayor producción que la céltica actual: Zaragoza, Recreativo y Oviedo sumaban 33; Recreativo, Huelva o Real Sociedad, 30. Era cuando la permanencia solía fijarse en el límite de los 40 puntos. Al Deportivo le toca el descenso más cruel en ese sentido, el de la campaña 2010-2011, bajo mandato de Lotina, con 43 puntos. Un récord que quiebra la convención de que 42 puntos aseguran el sitio en Primera.

Las estadísticas no anticipan lo que sucederá, sino que resumen lo sucedido. Pero inquietan en los vestuarios, donde se echan cuentas. Con Celta, Rayo y Huesca hundidos antes del pasado fin de semana, bajo la corteza celeste de los 25 puntos, la meta parecía más cercana para muchos. Ahora, tras la victoria sobre el Villarreal y el empate en Huesca, aunque tanto oscenses como rayistas siguen clavados, la situación de la antepenúltimo posición obliga a recalibrar los cálculos.

Al Celta le interesa, sobre todo, el efecto que pueda tener su reacción sobre rivales que disfrutaban de una relativa comodidad en la clasificación. Hasta cinco equipos se sitúan en estos momentos en un rango de acción que puede considerarse asequible para el Celta, desde el Espanyol, con 35 puntos, hasta Valladolid y Villarreal, con 30. En medio, Girona con 34 y Levante con 32.

En ese sentido, el próximo mes puede ser crucial para el conjunto de Escribá. Después de Real Sociedad (Balaídos, próximo domingo) y Atlético de Madrid (Wanda, día 13) llegará la visita del Girona (día 29) y el viaje a casa del Espanyol (día 24). Abril (día 27) se cierra con el desplazamiento a Butarque pero el Leganés, después de su triunfo ayer sobre el Valladolid, ha escapado de la contienda.

Contra los conjuntos catalanes disputarán los célticos encuentros de múltiple puntuación: los que sumen, los que dejen de sumar y el golaveraje, que puede empezar a pesar incluso en diferentes combinaciones. El Celta lo tiene de momento ganado con el Villarreal (6/6 en puntos), perdido con el Valladolid (1/6) y con el Levante (3/6, con la diferencia de goles favorable al equipo valenciano). Ganado también al Huesca (4/6), quedaría por definir el correspondiente al Rayo Vallecano en una última jornada todavía abierta a todo: desde el infarto a la indiferencia, ya sea alegre o funeral.