Tres puntos de oro los logrados en la mañana de ayer por el Celta B ante un rival directo en la lucha por la permanencia, el Navalcarnero. Los célticos logran un colchón de cinco puntos sobre el puesto de "play out"y ocho sobre el descenso, lo que le permite ver el futuro con un poco más de optimismo.

Los jugadores entrenados por Rubén Albés saltaron al campo conscientes de la importancia de los tres puntos. Lograron encerrar en su área a un Navalcarnero que tenía muchísimos problemas para sacarse la presión de encima y que, para colmo de males, encajaba un primer gol a los dos minutos de juego. Un panorama que, sin lugar a dudas, era propicio para los célticos, que una y otra vez probaban fortuna ante la meta defendida por Héctor, posiblemente el mejor jugador del conjunto madrileño.

La presión que ejercía el Celta B en la salida del balón del Navalcarnero hacía estragos en el conjunto madrileño. Las recuperaciones eran constantes, pero no conseguían materializarse en goles. De hecho, en un momento del partido se pudo escuchar a algún jugador del filial gritar la necesidad de aprovechar los buenos minutos de juego. Estuvo cerca Álex Serrano, con una falta desde el vértice derecho de su ataque, que se estrelló en el travesaño de la meta defendida por Héctor.

Y es que de no hacerlo pueden ocurrir cosas como la que sucedió a la media hora de juego, con un fallo defensivo muy importante que aprovecha Sergio para igualar el encuentro, a quince minutos para llegar al descanso. El discurso del filial no varió lo más mínimo a pesar del empate. El Navalcarnero ofrecía muchas debilidades defensivas, y de esa circunstancia eran conscientes los célticos. Las ocasiones de gol se sucedieron una tras otra. Ros y Apeh dispusieron de las mejores ocasiones, pero unas veces Héctor y otras la mala puntería impidieron que el Celta B volviera a adelantarse en el marcador.

La jugada clave del encuentro llegó en el último minuto de la primera parte, cuando Iban Salvador entra en el área con el balón y es derribado por David López, que se salvó de la expulsión al no mostrarle el colegiado del encuentro la segunda amarilla. El propio Iban Salvador lanzó la pena máxima, poniendo a los vigueses por delante en el marcador.

La situación no varió tras el paso por el vestuario. El Celta B mantuvo el guion previsto y presionaba a un conjunto madrileño que adelantó la línea defensiva hasta el centro del campo para impedir que los vigueses pudieran salir, pero tenían muchos problemas para frenar las contras de los locales, que llevaban peligro.

Albés refrescó la banda con la entrada de Adrián en lugar de un Bermejo que se había desfondado en los minutos en los que estuvo sobre el terreno de juego. El Navalcarnero hizo lo propio con su hombre más adelantado, Esnaider, pero el resultado tampoco fue el esperado.

David López, el central del Navalcarnero, no se salvó en el minuto sesenta y siete de la segunda amarilla al cortar un claro avance del Celta B. El equipo trató de recomponerse tras la jugada, en la que también debió abandonar el encuentro el entrenador José Antonio Portillo. Un momento de desconcierto del Navalcarnero, que aprovechó Dani Vega para entrar por la banda izquierda de su ataque, meter un balón al área que despejó en corto el guardameta madrileño, pero Apeh estaba muy bien colocado y de cabeza enviaba el esférico al fondo de las mallas, dejando el partido poco menos que visto para sentencia.

El cuadro madrileño volvió a mover el banquillo con la entrada de Abu y Gabri, pero el equipo ya no ofrecía las sensaciones de los primeros minutos de la segunda parte, en la que insistía sobre la defensa viguesa. El Celta B, por su parte, administró el encuentro sin demasiadas complicaciones, dejando que pasaran los minutos hasta la conclusión del choque.

El próximo sábado, el Celta B viaja a Valladolid en otro partido clave para el futuro del equipo en la categoría, pues los pucelanos tienen los mismos puntos que el cuadro vigués.