"Ha hecho un partido extraordinario. Se equivocó muy poquito pese a tener enfrente a rivales muy peligrosos y en ataque sacó varios centros buenísimos. Además, como todos los uruguayos, es un jugador muy competitivo". Esos fueron los elogios que Fran Escribá le dedicó a Lucas Olaza en su estreno como jugador del Celta. Aparte de su buena actuación en el lateral izquierdo, el uruguayo dio la asistencia para que su compatriota Maxi Gómez igualase el marcador en el minuto 71 de un partido inolvidable para el celtismo por la remontada que lideró el genio Iago Aspas ante el Villarreal.

Lucas René Olaza Catrofe (Montevideo, 21 de julio de 1994) llegó el 31 de enero a Vigo como refuerzo de emergencia para un lateral izquierdo que precisaba una alternativa a David Juncà. Parte del celtismo no entendió que el club buscase la cesión del jugador de Boca Juniors. Muchos dudaban de su capacidad para jugar en LaLiga después de conocerlo en Barreiro. No había convencido durante el curso 2015-16 que pasó en el filial.

Con el equipo en proceso de descomposición, Olaza comenzó a sumar sospechosas ausencias en las listas de convocados de Miguel Cardoso. Borja Oubiña, que ahora ejerce como colaborador de Escribá, desvelaba tras el partido del sábado los motivos por lo que el uruguayo tardó casi dos meses en debutar, a pesar de los problemas del equipo en el lateral izquierdo.

Olaza llegó a Vigo en una baja forma física, que le incapacitaba para aguantar el ritmo de los entrenamientos en A Madroa. Tuvo que afrontar una especie de pretemporada. La lesión de Juncà en el Bernabéu la vio por televisión. Tuvo dos semanas para preparar su candidatura a la vacante que dejaba el lateral zurdo catalán. Escribá le lanzó mensajes de esperanza y confió en él para el partido más importante del Celta en lo que va de temporada. Olaza no defraudó. Es más, fue una preocupación para el Villarreal, incapaz de neutralizar sus llegadas y los centros al área de Asensjo en busca de la cabeza de su compatriota Maxi Gómez, que buscaba el gol después de más de dos meses sin marcar en España.

Su buen trabajo en el debut tuvo recompensa en el minuto 71. Controló un pase largo de Hoedt y se perfiló con la izquierda para mandar otro centro envenenado al punto de penalti, donde apareció Maxi Gómez para anotar su décimo tanto del campeonato. "Gracias hermano a vos, solo puse la cabeza", le agradeció el delantero el centro a un Olaza que no pudo concluir el partido. Fue sustituido en el minuto 87 por Kevin. Se marchó fundido por el cansancio, pero con la satisfacción de haber cumplido en su debut en Primera División y con el regalo del aplauso unánime de Balaídos.