- ¿Cómo son las horas posteriores a un encuentro como el del sábado

- Te sientes cansado después de tanto tiempo parado. Y como hubo que cambiar la hora, me acosté un poco tarde. Pero bien, pensando ya en el partido del miércoles.

- ¿Cuesta dormir?

- A mí después de los partidos siempre me cuesta bastante dormir. Siempre me acuesto bastante tarde y cuanto más tarde sea el partido, más tarde me voy a cama.

- ¿No le afectó especialmente un partido tan adrenalítico

- Siempre me suele pasar por la adrenalina, por lo que sea. Me cuesta conciliar el sueño.

- ¿Y esta mañana, usted que es tan activo en las redes sociales, ha leído todo lo que se está diciendo de su actuación?

- Algunas veces leo cosas y otras no. En el grupo de los amigos siempre me ponen lo más relevante.

- "Hay que ponerle su nombre al estadio o dedicarle una plaza", "si Iago Aspas me dice que vaya a Siria con una pistola de agua, voy"? ¿Se reconoce en ese gigante casi mitológico del que están hablando?

- No, no le doy tanta importancia. Me río con muchas, con las más cómicas que me envían mis amigos. Había una que pusieron ayer: "Ojalá mi novia me diga algún día "estoy embarazada pero no es tuyo, es de Iago Aspas". Claro que me río.

- ¿Le preguntó ayer su hijo Thiago por qué había llorado

- Íbamos saliendo con el hijo de Hugo, con la mujer también, con mi familia. Solemos salir por el césped, por la esquina. Y me preguntó "papi, ¿por qué llorabas allí?", señalando al banquillo. Le dije que tenía una pupa. Me contestó: "Yo también tenía ganas de llorar por mami". Me hizo gracia. El niño no entiende mucho aún.

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Iago Aspas, lágrimas que conmueven

- Permanece esa cierta idea en el fútbol de "echarle cojones", la testiculina? Sin embargo, usted llora y emociona a todos. La gente, incluso neutrales o de otros equipos, lo entiende, se identifica y se conmueve.

- Son momentos de tensión. Me he pasado mucho tiempo alejado de los terrenos de juego, a mí que tanto me gusta jugar y disfrutar. Veía los partidos por televisión y no sacábamos los resultados. Cada vez te ves más abajo. Es difícil. Y lloras también por la rabia de haber podido sacar el partido adelante cuando estaba tan jodido que al descanso nadie hubiera dado un duro por nosotros.

- Puede resultar paradójico que ese jugador que llora de emoción sea el mismo que ejecuta una falta o un penalti trascendentales con absoluta frialdad.

- No sé cómo explicarlo, pero esos momentos se me suelen dar bien. No siempre, por supuesto, también he perdido muchísimos partidos y muchísimos por culpa mía. Pero en los momentos más difíciles se me enciende la bombilla.

- Es su leyenda: los goles que salvaron al club de la desaparición, su liderazgo en el ascenso o la UEFA, los goles en los derbis? Ahora el entorno pensaba: "Iago Aspas lo solucionará todo cuando regrese". Cargar con ese peso sobre sus hombros debe resultar terrible.

- Yo estaba deseando volver y no solo por lo que me dijera la gente; también veía a mis compañeros. Necesitaba ganar por mí y por todos. Me quedo con una frase que me dijo un amigo: "Has llevado una mochila de piedras durante todo este tiempo". La gente, en el día a día, me decía que me necesitaban.

- Las expectativas eran tan exageradas que se antojaba imposible que un jugador que regresaba después de casi tres meses de lesión las cumpliese. Pero lo hace y es cada vez más general esta opinión: "El mejor jugador de la historia del Celta". ¿Es capaz de contemplarse así desde la distancia?

- Entiendo lo que me dices, pero yo estoy disfrutando, viviendo experiencias día a día. En cada partido que juego salgo con la máxima ilusión. No me paro en esos elogios. Juego y disfruto. Ya miraré el día de mañana lo que haya conseguido. Y espero que me queden muchas más cosas por conseguir.

- Gran ambiente, recepción calurosa, entusiasmo y en el minuto 15, 0-2. ¿Qué se piensa en esos instantes?

- En ese momento estás de bajón, como todos mis compañeros. Intentas darle la vuelta. Pensaba en meter ese primer gol. Sabía que nos iba a servir de aliento, sobre todo en cuanto a la gente. Cuando ganas 0-2 fuera de casa y te meten un gol, te entra un apretón. "Cuidado, que se nos va". Y cuando Maxi metió el empate yo estaba segurísimo de que íbamos a ganar. De hecho creo que fui el que cogió el balón y lo llevé rápido al centro del campo. Estaba seguro de que le dábamos la vuelta.

- Respecto a la ejecución de la falta, antes las tiraba más de interior. Ahora las marca como ante el Villarreal, de empeine, buscando la caída.

- Es un golpeo que he ido mejorando en los últimos años. Antes le pegaba de rosca y metía muy pocos, alguno en Segunda y poco más. He ido perfeccionando esa técnica. Se me ha ido dando bastante bien.

- En cuanto al penalti, es una de sus especialidades. Llegó a tener la mejor racha de Primera. Pero a la tensión de esa suerte y del momento de partido hubo que añadirle la espera por el VAR. Es una gestión mental compleja.

- En el partido contra el Xerez pasó algo parecido (en mayo de 2012, en otra remontada épica). Ahora pasa con el VAR y cada vez serás más a menudo. Intentas abstraerte y pensar simplemente en meter el penalti.

- La plantilla y Escribá destacan la importancia de la afición. ¿Realmente dentro de la cancha les influyó?

- Se siente el aliento de la gente. Lo fácil con 0-2 es que cada uno se hubiese ido a su casa en el descanso o que se pusiesen a silbar. Animar como hicieron era lo más difícil.

Celta - Villarreal | Así fue el recibimiento del equipo antes de recibir al submarino amarillo

Celta - Villarreal | Así fue el recibimiento del equipo antes de recibir al submarino amarillo

- Solo una grieta en ese apoyo: algunos silbidos a Brais Méndez.

- Esto también me duele. Como canterano y chico joven, también ha tenido que carga últimamente con esa mochila de la que hablábamos. Le han metido muchísima presión. Desde que me lesioné parece que tenía que anotar él todos los goles. Hace poco estaba en el filial. Tiene 22 años y muchísima calidad. Hay que ir paso a paso con él. Este año ha dado un gran salto y espero que ahora que he vuelto vaya mejorando con el paso de los partidos.

- Y el caso es que esa remontada gloriosa, a la postre, no garantiza nada.

- Lo hablaba con los masajistas: seguimos en descenso. Ha sido una batalla ganada, pero aún quedan muchas. El miércoles tenemos otra.

- Jugó usted prácticamente el partido entero. No ha podido realizar una reaparición progresiva y vienen dos partidos seguidos. ¿Cómo se encuentra?

- Después del partido me sentía cansado, como es lógico. Llevo tres meses sin jugar casi. Pero he estado con los fisios, descansaré e intentaré estar bien para el próximo partido.

- Ha comentado su hermano Jonathan que le advirtió sobre la peligrosidad de una lesión en el gemelo, antes de que sufriese la recaída, pero que usted, al no haber tenido lesiones graves, no le concedía demasiada importancia.

- Siempre que es una lesión muscular piensas: "Como mucho, un mes". La peor que tuve fue una en el recto cuando estaba en el Liverpool y estuve de baja cinco semanas porque me pararon un poco. Uno nunca piensa que pueden pasar estas cosas hasta que pasan. Y eso que estuvimos bastante tiempo para que volviera a correr y le dimos pausa. Íbamos bien hasta la semana de Valladolid, en que noté alguna molestia. Dimos unos días más, me encontraba bien al volver de Getafe pero ya enseguida empecé a renquear.

- ¿Aunque es de cuerpo liviano y está fino, en algún momento teme que le empiecen a pesar los 31 años?

- En tanto tiempo he pensado de todo. Y sí piensas: "Si me hubiese pasado con 25, igual no me sucedía". Ahora descanso más que antes al estar en casa con la familia, antes andaba más por la calle. Piensas tantas cosas cuando estás lesionado y no le puedes dar la vuelta.

- Uno de los argumentos para explicar una crisis futbolística suele ser la escasa implicación del vestuario. Escribá dice: "Al contrario, les afecta demasiado". Y el partido con el Villarreal alimenta las dos teorías, desde la aparente dejadez en alguna acción de la primera parte al vaciamiento de la segunda.

- Son sensaciones. Dentro de un terreno de juego pueden pasar muchas cosas. Tenemos una plantilla joven. Cuando el viento sopla a favor, es mucho más fácil que todo te beneficie. En los momentos difíciles es jodido. Muchos jugadores nunca se han visto en situaciones así. Por desgracia yo he vivido situaciones difíciles en este club. Hay que sacar garra. El vestuario está muy unido, por supuesto, como dice el mister; a veces algunos más que otros, pero es normal, también uno siente más la tierra y siente más el equipo.

- Cañizares, al elogiarlo en la radio, destaca: "Por estrategia, Iago podría querer el descenso para irse a otro club y ganar más dinero".

- Entiendo lo que dice. Pero cuando uno ha mamado durante tantos años el amor por este club y por este escudo? Yo solo pienso en la salvación. No estoy pensando en mi futuro, aunque no tenga tanto, sino en el día a día, en intentar salvarnos. Santi, después de pedirle mi teléfono a un amigo común, me mandó antes un mensaje con la entrevista pero aún no he tenido tiempo de oírla.

- Dani Abalo, Bouzón, Otero, Salinas, todos se rinden a usted.

- Con los que han sido compañeros he pasado buenos momentos y algunos malos. Todas sus palabras son de agradecer, también por el cariño.

- Su renovación, de la que empezó a hablarse antes del Mundial, ha quedado al final en el limbo.

- Está igual que antes. Ya veremos. Ahora no estamos como para andar a ver nada.

- Porque Kevin reconocía que es inevitable que la palabra descenso se les haya hecho cotidiana.

- No es que estemos pensando en ello pero claro, llevamos varias jornadas en descenso. Es jodido no pensar en ello. Pero mi preocupación era recuperarme para darle vuelta a la situación.

- La idea es aprovechar la posible inercia de este triunfo en Huesca, donde no dispondrán del factor ambiental.

- El mister dijo que este equipo, si encadenase un par de resultados positivos, iría para arriba. Falta lo más difícil, encadenarlos.

- ¿Qué tal con Escribá? El último cambio en el cuerpo técnico le cogió lesionado.

- No estuve mucho tiempo con Cardoso ni he estado mucho tiempo con Escribá sobre el césped; en convivencia sí, por supuesto. No estaba en el día a día de los entrenos ni las cosas tácticas, aunque sí venía a ver los vídeos. Al final estás un poco apartado haciendo tu trabajo.

- Con Cardoso llegaron novenos al Camp Nou, cuando usted se lesionó. Me lo imagino pensando: "Si Iago no se hubiese roto?".

- Es inevitable pensar en eso. Nadie sabía que me iba a lesionar ni cuánto tiempo iba a estar de baja. Pero que conste que a mí Cardoso me parecía un gran entrenador e hizo un gran trabajo aquí. Los resultados mandan, si Fran (Escribá) pierde cuatro o cinco partidos igual lo echan. Como sucedió con Mohamed, nunca sabes qué puede pasar.

- También podemos pensar que usted, al no tener lesiones en anteriores temporadas, tapó carencias que han quedado al descubierto. Supongo que no es sencillo concluir qué ha sucedido.

- No es fácil analizarlo. Habrá que hacerlo al final de la temporada y por parte de quienes deben hacerlo. Yo puedo dar mi punto de vista como jugador y como hincha. Pero será más fácil a final de temporada.

- ¿La permanencia es una carrera de cinco para tres puestos?

- Con nuestra victoria muchos se habrán puesto a pensar. Valladolid, Levante, Girona o Espanyol habrían preferido que ganase el Villarreal y hundirnos a nosotros para aclarar el panorama. Ahora se habrán echado las manos a la cabeza. Tendrán que echar sus cuentas.

- Volvamos al inicio, a su leyenda, hasta ahora perfecta en su relato, que no puede concluir yéndose con el equipo en Segunda.

- Que falte mucho tiempo para el final y que sea feliz.