En un apartado de nuestra entrevista, me quedé muy desilusionado con el joven guardameta céltico cuando le hablé de Betancourt y me dijo, de forma inconsciente e inocente, que no lo conocía. ¿Cómo puede ser posible que un hombre que pretende ser el mejor no conozca a un portero que jugó en la U.D. Las Palmas, en el Deportivo de La Coruña (donde compartimos portería), en el Real Madrid, y que además fue Internacional con la selección española?. Mi forma de pensar y conocer la historia del fútbol quedó, momentáneamente, en blanco.

Por eso le recuerdo al joven Rubén, ya que me cayó muy bien, dentro de su inexperta e inocente juventud, que durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el primer ministro inglés Mr. Churchill envió al "África Korps" a su mejor general Robert Mongomery, para frenar las victorias imparables del mariscal alemán Erwin Rommel, el inglés, lo primero que hizo, fue colocar un retrato del alemán en su tienda de campaña para conocerlo y estudiarlo mejor, todos los días. Lo que nos indica, una vez más, que las fotografías, si sabemos ver y leer en ellas, nos hablan y cuentan nuestras vidas e incluso nos dicen nuestra forma de pensar.

Por lo tanto, desde aquí, le quiero recordar al "ambicioso" e inocente Rubén que cuando compartí puesto y equipo con el pequeño Simón, éste ya se encontraba prácticamente al final de su carrera, junto al incombustible Marza, un portero clásico de la época, con unas facultades muy limitadas que agrandaba con su forma de ser, aprovechando que llegaba del Real Madrid, donde había conseguido cierta fama y popularidad. Luego estaba Dauder, un portero del Tarragona que había sido seleccionado por el seleccionador Guillermo Eizaguirre para ser el tercer portero de España en el Campeonato del Mundo jugado en Brasil en 1950. Por lo que lo fichó el Atlético de Madrid que, al no cuajar para tercer portero de la selección, ni en el equipo madrileño, éste lo traspasó al Celta, al que llegó con una cierta lesión de clavícula que se le desencajaba y encajaba a cada momento, así como ya fuera de peso y con sus años ya en cima. Luego estaba el joven y magnifico portero Pazos, que le estaba disputando el puesto a Simón y Marzá, con aquella maravillosa elasticidad plástica, con la cual se pasearía por las porterías del Real Madrid, Hércules de Alicante, Atlético Madrid y Elche, con el único grado de haber sido Internacional B con el Celta.

Después que la joven promesa de Pazos fue traspasado al Real Madrid, vino Adauto. Portero ya curtido en la portería del equipo madrileño, en la que no terminaba de cuajar a pesar de sus magníficas cualidades de buen portero. Pero que en el Celta me hizo compartir banquillo con Dauder durante más de dos Temporadas. Hasta que llegó mi momento de poder demostrar mi valía como aspirante a ser el mejor portero celeste.

Lo que no me impedía, al igual que el general inglés, conocer aquellos otros porteros a los que había precedido como Lilo, que fue el portero de toda la vida del Celta, desde su fundación en 1923 hasta 1939. Y también a Isidro, el Zamora gallego, que por las viejas fotografías se puede decir que era un portero con cierta elegancia, por su saber y tranquilidad bajo los palos, y sus bien cuidadas intervenciones, sin cargas y gestos excesivos. Que eran las virtudes que tenía Ruiz en la defensa del marco vigués, con el sobrenombre de "El León de Bouzas". Luego, en la postguerra, ya conocí a Bermúdez, hombre práctico, sin grandes alardes, ni cualidades, pero muy regular en cada una de sus actuaciones. También al húngaro Alberti, ágil, elegante bajo el marco y en sus intervenciones, que dejó huella de magnifico portero en el ambiente futbolístico vigués. Después solo quedaron nombres, más o menos sonoros, pero sin llegar a ocupar el lugar del mejor que, sin falsas modestias, hoy lo ocupan Padrón, Pazos, Simón y Alberti, sin que nos podamos olvidar de Adauto.

Querido Rubén, ya ves lo mucho que te queda por superar si quieres ser el mejor, pero de todas formas quiero que sepas que ha sido un placer conocerte, porque en tu persona, con tu inocencia y falsa humildad, me vi un tanto reflejado en ti. Y por ello, ahora sí, no me resisto a darte un consejo, pero antes me gustaría saber si rezas por las noches. Yo sí, Rubén, desde que mi madre me pidió que lo hiciera. ¿Sabes lo que pido siempre?.¡Humildad!. Con ella, tu juventud y ganas, como tienes, te harán ser el mejor. Estoy seguro de ello, siempre que atiendas a buenos consejos y seas, sobre todo, lo que aquel aficionado me dijo a mí, cuando la llama de mi vela se está ya apagando, pero muy reconfortado con aquellas palabras que espero, también, algún día te digan a ti y que te vuelvo a recordar: "Fuiste el mejor, pero aún mejor persona".

Tampoco quiero cerrar estos comentarios de nuestra entrevista sin antes hablarte, un poco, de la situación actual que vive nuestro club. Lo que yo les dije a dos buenos amigos míos, en una de sus visitas que me hacían todos los martes, hasta el fallecimiento de uno de ellos, lo que sucedería, cuando vi el primer partido televisado contra la Real Sociedad. Porque yo solo veo, en el año, el primer partido del Celta, para saber el "calvario" que le espera para conservar la categoría. Y no para jugar en Europa, como dicen esos "trompeteros" que hablan por la tele, sin saber lo que dicen. Y también veo, como sucedió este año, un segundo partido si cesan al entrenador de turno, para saber si puede o sabe remediar ya lo roto.

En el primer partido, contra la Real Sociedad, vi a un equipo mal planificado, sin rumbo, y solo con la mentalidad del gol. Una "nave" a la deriva, a merced de las olas del gol que pueda marcar, sin preocuparse de las olas que lo llevan contra las rocas de los acantilados, provocadas por los goles a encajar. En el segundo encuentro, contra el Athletic de Bilbao, vi a un equipo que se disponía a practicar el fútbol portugués en Balaidos. El Celta, ni con uno, ni con el otro entrenador, tenía remedio. Y así se lo hice ver a mis amigos. Como les hice ver, después del resultado contra el Rayo Vallecano, que el tiempo se había acabado para el Celta, pues la pretemporada se había hecho muy mal, y no había tiempo para hacer otra mejor, por lo que solo nos queda rezarle al "Cristo de la Victoria", no para jugar en Europa, como proclaman los "trompeteros", sino para ganar el campeonato de la Liga española, conservando su puesto en ella.

Por último, Rubén, te quiero hacer ver, por los cortos que veo por televisión, que tanto en el gol del partido del Athletic, como el del Valladolid, estabas mal colocado, pues en ambos te cerraste más al palo tuyo, el corto, dejando más espacio en el palo largo, que es el más difícil, tanto para ti como para el delantero, para evitar y hacer gol. Te recomiendo que dividas la portería, y verás que tengo razón, sobre todo si después del gol trazas una línea, como en el del Valladolid, desde donde pega el balón al entrar en la red, que fue en uno de los hierros con los que se levantan, comprobarás que hay un punto, en el trazado del balón a la red, donde realmente tú puedes evitar el gol si no te cierras tanto al poste que, como ahora son de hierro laminado o algo parecido, ni se va a romper ni a caer.

Solo me queda hablarte de cómo un portero tiene que salir para cubrir, de verdad, portería, y cómo debe jugar adelantado, a lo Yashín y no a lo líbero. Incluso cómo saber, quiera o no el jugador, a dónde va a tirar el penalti. Pero todo esto lo dejaremos para más adelante.