- Los parones de Liga no suelen ser plato de buen gusto. Si un equipo viene de ganar, se le corta el ritmo; si viene de perder, quiere volver a competir lo antes posible. En este caso parece que el paréntesis liguero le ha venido bien al Celta.

-- Nos viene bien, sí. Es cierto que siempre que hay un parón de selecciones se te van jugadores importantes y no se puede trabajar tantas cosas como parece. Pero nos viene bien para conocernos más, para mejorar aquellas cosas que hemos visto estas dos semanas que el equipo arrastra mal y porque, para intentar reforzar anímicamente al grupo, son muchas más sesiones.

-- Tras perder en el Bernabéu, se mostró enfadado y dijo que los jugadores tenían que rendir más. ¿Detecta falta de compromiso? Porque esa es la sensación que daba.

- No, lo que yo quería decir es que cuando un equipo como éste está ahí es porque todos hemos fallado. Y si todos hemos fallado, es lógico que podamos dar más. Si uno es un tenista, el que falla es él. Pero en un grupo de 25 jugadores el que no juega piensa que no está siendo parte del problema; el que juega más piensa que no le dan balones y no es así. El que no está jugando tiene que entrenar mejor para tener sus opciones y el que está jugando tiene que aprovechar su oportunidad para dar más. Desde ese punto de vista, lo pienso y lo pensaré siempre, el futbolista todavía puede dar un poco más.

- Lo que pasa es que, más que un poco, ahora mismo el Celta necesita que el jugador dé mucho o que dé todo lo que tiene.

- Sin ninguna duda. Pero la diferencia en la élite no es tan grande. Con que te dejes un poco, cualquier equipo te puede ganar. Y no lo digo ya por el Celta, sino por cualquier otro equipo. Podríamos analizar cualquier jornada de las disputadas hasta ahora y encontraríamos partidos en los que un equipo inferior en teoría ganó al superior porque se dejó algo.

- Pero en este momento el Celta no puede sentirse superior a nadie. Sería un error tremendo sentirse superior o con más calidad que nadie. Lo que necesita ahora es competir. No se trata de sentirse mejor que el otro, sino de competir mejor.

- Sin duda, pero ya no es compararte con el rival con el que juegas porque en esta situación de debilidad no te puedes sentir mejor que nadie, simplemente son futbolistas de élite, que están ahí porque han trabajado mucho en años anteriores y tienen que darlo todo en el campo para salir de esta situación.

- En su presentación dijo que estaba convencido de que esta situación tenía arreglo. ¿Sigue pensando lo mismo con dos jornadas menos por delante y un déficit de cuatro puntos respecto a la salvación?

- Por supuesto.

- Se lo digo porque, viendo la respuesta del Bernabéu, este Celta huele bastante a muerto.

- Con sinceridad, yo no creo que el partido del Bernabéu diera esa sensación. Al final uno pierde la perspectiva de contra quién está jugando. Está jugando contra el campeón de Europa. Es cierto que no está en su mejor año, pero siguen siendo grandes jugadores y en un mal año a lo mejor acaba siendo subcampeón de Liga.

- Pero llueve sobre mojado y son ya cuatro partidos sin marcar y generando muy poquito juego.

- Es que es evidente que el Celta está ahí por una mala inercia, pero no de ahora, sino prácticamente desde el inicio de la temporada. Ahora no hay que mirar más que al siguiente partido, trabajar mucho y jugar lógicamente lo mejor posible. Pero el equipo anímicamente está dañado. Cuando uno está fuerte, te dan un golpe y ni lo sientes; cuando estás débil, el menor golpe es como si te diesen un puñetazo muy duro. Estamos en esa situación. Una de las cosas que vamos a trabajar esta semana es reforzar el estado anímico. No podemos bajar los brazos.

- Es obvio que usted tiene fe en la salvación del Celta. La cuestión es ¿también la tienen sus jugadores? Hoy mismo se publicaban unas declaraciones de Mathias Jensen que calificaban la temporada del Celta de caótica y no se mostraba precisamente optimista sobre la salvación del equipo.

- La primera noticia que tengo de esas declaraciones es que el chico no las ha hecho. Me extraña que las haya hecho, pero si las hubiese hecho él o cualquiera estaría en absoluto desacuerdo porque no es así. El vestuario no es nada caótico y el club no es nada caótico, pero han salido mal las cosas deportivamente. Este club de caótico no tiene nada.

- Él habla de la temporada.

- La temporada evidentemente es mala, pero no hay un vestuario malo, ni que no esté comprometido.

- ¿El problema del Celta es anímico, futbolístico o ambas cosas?

- El problema anímico se resuelve con resultados futbolísticos. Cualquier buen resultado futbolístico nos ayudará en todo. Nuestro mejor refuerzo anímico son los resultados. Ahora mismo estamos en una situación en la que necesitamos resultados. Tenemos ahora una semana muy importante con nueve puntos en juego, seis de ellos en nuestra casa y tres entre semana contra un rival que está ahí con nosotros. En caso de sacar un buen número de ellos, nos vendría muy bien.

- La afición una vez más ha respondido a la llamada de socorro del equipo. ¿No es hora de que los jugadores le den motivos para creer?

- Sin duda. Yo siempre he dicho que a las aficiones no hay que pedirles, hay que darles. En este caso la afición está respondiendo muy bien. Ya respondía cuando yo no estaba aquí y estoy seguro de que va a seguir respondiendo. Tenemos ahora dos partidos en casa en la misma semana y estoy seguro de que la gente va a estar con nosotros Pero es cierto que somos nosotros los que tenemos que darle motivos a la gente para siga apoyándonos porque somos nosotros los que estamos fallando.

- Se coincide en señalar la prolongada baja de Iago Aspas como uno de las razones de esta situación y se habla de su regreso como de la última esperanza. ¿No es un riesgo pensar en Aspas como la panacea que va a solucionar todos los males? ¿No tendrán que dar un paso al frente también los demás?

- No creo que se corra ese riesgo. Todos pensamos que somos mejores con Iago no solo por lo que él da, sino porque hace mejores a los demás. Una de las cosas buenas que tienen los grandes jugadores es que hacen mejores a sus compañeros y Iago es un claro de ejemplo de eso. Espero que a ese regreso que todos esperamos se unan buenos resultados. Yo sigo pensando que sin Iago también tendríamos opciones de salvarnos, pero evidentemente con él tendremos más.

- ¿Cómo se va a gestionar su vuelta? Porque va a tardar algún tiempo en jugar un partido completo y con tres encuentros en una semana a la vuelta del parón también habrá que dosificar el esfuerzo.

- La idea es que al inicio de la próxima semana trabaje normalmente con el grupo. Luego hay que tener en cuenta que los jugadores que se recuperan con un readaptador suelen trabajar mucho más que los otros porque sus sesiones son dobles y porque les llevan al límite en muchas situaciones. No es una lesión que le haya mantenido inmovilizado tres meses, sino que viene trabajando muy bien con el readaptador y está muy cerca de volver con el grupo.

- Yo me refería más bien a que su lesión es en un músculo muy problemático, proclive a las recaídas, y que su regreso va a tener ser gradual.

- Sí, pero ahora mismo no sabría decir si va a poder jugar los primeros 60 minutos contra el Villarreal y luego no le da el físico o a lo mejor no juega los primeros 60 y juega los últimos 30. Luego hay que considerar que el fútbol es un deporte de contacto y Iago lleva cuatro amarillas. Eso también hay que tenerlo en cuenta porque podemos encontrarnos que juegue un partido, vea una amarilla y descanse el siguiente. Vamos a intentar que, si ocurre eso, sea por algo de contacto, no por protestas. Pero por lo de pronto vamos a pensar en el primer partido. Vamos a ver cómo se entrena. Si está en condiciones, jugará; y si no lo vemos en condiciones, pues está ahí y en cuanto podamos echaremos mano de él.

- Decía usted el otro día que el partido más importante siempre es el siguiente. En este caso, el del Villarreal puede marcar la diferencia entre tener que remontar siete puntos y posicionarse muy cerca de la salvación. ¿Es éste el partido más importante de la temporada?

- Posiblemente lo es. Y no ya solo porque luego quedan nueve, sino porque en esa misma semana se juegan tres. Evidentemente empezar esa semana con una victoria en casa ante un rival directo lo convierte en un partido crucial para lo que queda.

- El Villarreal es un equipo que conoce bien y que vive una situación parecida a la del Celta, peleando en una posición para la que seguramente no estaba preparado mentalmente. ¿Cómo espera hacerle daño?

- Vamos a encontrarnos un Villarreal que ha mejorado, sobre todo a nivel de resultados. A lo mejor las sensaciones futbolísticas no han cambiado tanto con respecto a hace un mes, pero entre el pase en la Europa League y las últimas victorias, sobre todo la última, con dos goles en el descuento en el campo del Levante cuando todo el mundo daba el partido por empatado, le han ayudado. Cuando un equipo está tan tocado como el Villarreal o como lo estamos nosotros una victoria de esas, que puede no ser brillante, se convierte en una victoria maravillosa. Ellos ahora se encuentran mejor, han respirado y se encuentran en una situación más cómoda y para ellos este partido es también muy importante, pero no tanto como para nosotros. Ellos tienen una plantilla hecha para jugar en Europa y, de hecho lo han estado haciendo estos años, y calidad para estar entre los seis o siete primeros. En ese sentido, su situación es todavía más ilógica que la nuestra por el potencial de su plantilla.

- ¿Ha cambiado mucho con respecto al que usted dirigía?

- No. Si este partido hubiera sido el primero de los que yo disputé como entrenador del Celta diría que conozco mejor esa plantilla que la del Celta. Evidentemente ahora ya conozco mejor a la nuestra. Pero la base es la misma. Más de la mitad de la plantilla han sido jugadores míos. De hecho, recibí muchas felicitaciones de los jugadores y del club cuando firmé con el Celta. Y todos decían lo mismo: ojalá nos salvemos los dos.

- ¿Ve más fácil meterle mano al Valladolid?

- Por potencial, el más fuerte de los que estamos abajo es el Villarreal. Parece que, de los que están ahí, sería el más ilógico que descendiera, pero vete a saber.

- En este partido no va a estar David Juncà y Lucas Olaza, su único sustituto específico, solo ha ido convocado a un partido y no ha jugado ni un solo minuto ni con usted ni con su predecesor. ¿No lo ve preparado para dar el nivel?

- El que me conoce sabe que en las convocatorias suelo llevar jugadores que me sirvan para una segunda posición. En el caso de Lucas, al tener disponible a Juncà, he preferido llevar a otros compañeros que me sirvieran para dos posiciones. No lo llevé porque tenía que jugar Juncà.

- Entonces, ¿lo ve preparado?

- El cambio natural es ése. Y, sin dar pistas, lo lógico es que juegue él. Pero a mí me gusta que los jugadores sepan que tienen cinco entrenamientos por delante para convencerme de lo contrario en cualquier situación.

- ¿Qué importancia le da a los cinco partidos que el Celta tiene que jugar en Balaídos?

- A mí me gusta pensar que tenemos más soluciones en casa que fuera, aunque también somos once contra once y los puntos en juego son los mismos. Yo lo considero así porque sé que el respaldo de nuestra afición va a ser fundamental. A mí me encantaría y estoy convencido de que lo vamos a conseguir, primero sacarlo, pero además estoy seguro de que vamos a conseguir que Balaídos se llene para eso. Si logramos que Balaídos se llene, estaremos mucho más cerca de conseguir los puntos porque el respaldo de la afición nos hará mejores a todos.

- ¿Le gustaría que las medidas que el Celta ha promovido para potenciar el ambiente contra el Villarreal se extendiesen a los otros cuatro partido de casa?

- Me encantaría y estoy seguro de que el club lo va a hacer. Y si nosotros como plantilla podemos hacer algo para animar a la gente, lo haremos.

- Para finalizar, ¿qué mensaje le gustaría trasladar a la afición?

- Soy de los que piensan que a la afición no hay que pedirle, hay que darle, pero les pediría que confíen en nosotros, que confíen en el grupo y que durante los 90 minutos lo den todo porque nosotros vamos a dar todo para no decepcionarlos.