El Celta afronta en una precaria situación la recta final de una temporada que arrancó en agosto con la ilusión de clasificarse para las competiciones europeas pero los malos resultados le han obligado a pelear por la permanencia, que pasa por asegurarse los 15 puntos que disputará en Balaídos. En Vigo se espera a rivales directos como Villarreal y Rayo Vallecano; al líder Barcelona, que podría ser campeón cuando resten tres jornadas de Liga; y a equipos sin más pretensiones que mejorar sus posiciones en mitad de la tabla, como Real Sociedad y Girona. De los cinco implicados ahora mismo en el descenso, los célticos son los que presentan un mejor balance como locales: 16 puntos han sumado en casa tras catorce enfrentamientos (4 victorias, 4 empates y 6 derrotas).

Diez finales le esperan al Celta para evitar el descenso a la categoría de plata después de encadenar siete temporadas en Primera División. De esa decena de compromisos, cinco se celebrarán en Balaídos, donde el conjunto celeste ha mostrado su mejor versión en lo que va de curso. Sus números lo confirman: de los 25 puntos que suma en 28 jornadas, 16 (el 64 por ciento) los ha obtenido en casa.

El calendario de los célticos como locales arrancará el sábado 30 de marzo (una vez concluido este parón por los compromisos de las selecciones) ante un rival directo como el Villarreal (Balaídos, 18:30 horas). Los castellonenses superan en cuatro puntos a los gallegos en la clasificación, una diferencia que obliga a ganar ese duelo a los célticos si quieren evitar que se les escape otro de los involucrado en la pelea por la permanencia. La derrota del Celta en el Bernabéu y las victorias del Villarreal ante el Rayo Vallecano y del Valladolid en Eibar han complicado todavía más la situación del conjunto vigués, que continúa en la decimoctava plaza pero con una desventaja de cuatro puntos sobre castellonenses y vallisoletanos.

En la primera vuelta, el Celta, entrenado entonces por Miguel Cardoso, obtuvo un valioso triunfo en el Estadio de la Cerámica (2-3) que le elevó hasta la undécima posición. Sin embargo, su caída ha sido vertiginosa desde comienzos del nuevo año y ahora necesita detenerla con la ayuda de la afición.

La Real Sociedad será el siguiente rival que visite Balaídos. Los donostiarras ganaron por la mínima a los célticos en Anoeta (2-1), en el estreno de Cardoso con el conjunto celeste. Situado en la décima plaza, al equipo donostiarra le quedan pocos alicientes en este final de campeonato, por lo que a priori no parece un rival complicado.

En situación parecida se encuentra el Girona, que ha escapado de las posiciones comprometidas con victorias sonadas como la del Bernabéu o la que el sábado pasado consiguió en Leganés (0-2). El equipo de Eusebio Sacristán tampoco aspira a mucho más que mejorar su duodécima posición en la tabla.

En las dos últimas jornadas de LaLiga en Balaídos, el Celta recibirá al líder Barcelona y al penúltimo clasificado, el Rayo Vallecano. El conjunto catalán puede ser una incógnita en las últimas jornadas, pues es posible que se proclame campeón con mucha antelación. Ahora supera en 10 y en 12 puntos a sus más inmediatos perseguidores: Atlético y Real Madrid.

El Rayo Vallecano, otro de los rivales directos del Celta por evitar el descenso, será el encargado de cerrar la temporada en Balaídos. El duelo previsto para el tercer fin de semana de mayo puede ser a cara o cruz para los célticos, como ya les ocurrió en la temporada 2012-13, en la que se salvaron tras derrotar en casa al Espanyol. Evitaron el descenso por un punto de diferencia. A Segunda cayeron en aquella ocasión el Deportivo, el Mallorca y el Zaragoza. Los tres se encuentran actualmente en la división de plata. Isleños y aragoneses no han regresado a la élite desde entonces. Como hace siete años, los célticos intentarán salvar una delicada situación y eso pasa por convertir Balaídos en un estadio inexpugnable.