El Celta sufre de ceguera en el área rival desde que Brais Méndez marcase de penalti ante el Levante. Desde entonces, el equipo celeste acumula cuatro partidos sin marcar. Esta sequía le condena a sumar la tercera semana en puestos de descenso cuando restan tan solo una decena de partidos para concluir la temporada. Así, los célticos se sitúan a mitad de camino del récord sin anotar que registraron en la temporada 2014-15. Entonces, el conjunto dirigido por Eduardo Berizzo fue incapaz de marcar durante siete partidos de LaLiga y se situó a uno tan solo de la mayor sequía del campeonato, que comparten el Sabadell y el Castellón.

La lesión de Aspas desconectó al Celta del gol. En la jornada 17, los celestes acumulaban 28 tantos a favor. En la visita al Camp Nou, el moañés sufrió una rotura de fibras en el gemelo interno y a partir de ahí comenzaron los males de un equipo que entonces ocupaba el undécimo puesto en la tabla clasificatoria y desde la semana pasada es decimoctavo. En las once jornadas siguientes, con Aspas de baja, el Celta ha anotado 8 goles. El último lo marcó Brais Méndez ante el Levante. Fue a los 87 minutos de juego, al transformar un penalti. Desde entonces, el equipo que ahora entrena Fran Escribá contabiliza 363 minutos sin marcar. Seis horas y cinco minutos representan esa sequía. Una cifra que supone la mitad del tiempo que se pasó el Celta sin celebrar un gol con Berizzo.

En aquella ocasión, el Camp Nou también jugó un papel importante. El conjunto vigués arrancó un triunfo histórico en casa del Barcelona. El tanto de Larrivey significó un punto y aparte para los de Berizzo, que a partir de ese momento encadenaron siete partidos sin marcar. Los célticos estuvieron secos durante 726 minutos; es decir, 12 horas y 6 minutos sin gol. Ese grave problema de remate estuvo a punto de convertir al Celta en el peor de la historia de LaLiga en esa faceta. El récord particular de los celestes se quedó tan solo a un partido del absoluto del campeonato regular, que comparten el Sabadell y el Castellón. Los catalanes lo establecieron en 1987 y los valencianos, en 1990.

La anterior mala racha en el remate la rompió Fabián Orellana con el tanto que anotó frente al Valencia, en Balaídos. El sábado, Maxi Gómez estuvo a punto de marcar en el Bernabéu, pero su remate de cabeza, tras un gran centro desde la derecha de Hoedt, lo despejó Keylor Navas a córner. El delantero uruguayo del Celta no ve puerta desde el pasado 11 de enero, cuando transformó un penalti ante el Rayo Vallecano. También desde el punto de penalti marcó Brais Méndez al Levante, el que es hasta el momento el último gol del Celta en LaLiga. Cuatro jornadas después, el equipo vigués sigue esperando para celebrar otro gol.