El triunfo del Villarreal en la cancha del Levante sumado a la derrota del Celta frente al Betis en Balaídos ha relegado al Celta a los puestos de descenso por segunda vez en lo que va de temporada. Tras desaprovechar durante las dos últimas jornadas los errores de su rivales directos en la lucha por huir de la quema, los celestes ocupan tras la última decepción ante los verdiblancos la decimoctava plaza de la tabla, con dos puntos de ventaja sobre el Rayo Vallecano y tres sobre el Huesca y una desventaja de un punto frente al Villarreal y el Valladolid.

No se encontraba el equipo vigués en tan precaria situación desde la temporada 2012-13, en la que se le llegaron a dar solo un 4 por ciento de oportunidades de conservar la categoría y en la que el Celta se salvó, contra todo pronóstico, en la última jornadas.

Hace seis años, a estas mismas alturas de competición, el equipo que dirigió primero Paco Herrera y posteriormente Abel Resino ocupaba el decimonoveno puesto de la clasificación. Sumaban por aquel entonces los celestes 23 puntos, dos menos que en la actualidad, tras obtener en los 27 primeros compromisos ligueros un balance de seis victorias y cinco empates. Actualmente, los celestes han sumado idéntico números de victorias, ya que han firmado dos empates más y dos derrotas menos.

La situación con respecto a sus rivales directos también era entonces peor. Los célticos superaban en cinco puntos al Deportivo y estaban uno por debajo del Mallorca, el equipo que cerraba el pelotón de cola. Por delante, cerca de la zona peligrosa estaban el Zaragoza, el Granada y el Osasuna, con tres, cuatro y cinco puntos más que los célticos, respectivamente. Finalmente descendieron Mallorca, Deportivo y Zaragoza.