Fran Escribá se estrena al frente al banquillo celeste con la urgente misión de rescatar al Celta del pozo clasificatorio en el que el equipo vigués encara el tercio final de la temporada. Doce partidos en los que se va a ventilar nada menos que la permanencia en Primera División, empezando por el que hoy le enfrenta al Betis (Balaídos, 12.00 horas, Bein LaLiga), que marcará tendencia de las próximas jornadas.

Los celestes afrontan el choque con dos puntos de ventaja frente al Villarreal, que hoy se mide al Levante en La Cerámica, y uno de desventaja con respecto al Valladolid, que esta tarde recibe al Real Madrid en el Nuevo José Zorrilla, pero tienen sobre todo la oportunidad de dejar en 5 puntos al Rayo y en 6 al Huesca tras sus respectivas derrotas frente al Barcelona y el Getafe.

El preparador valenciano se hace cargo del equipo en su momento más bajo del curso, huérfano de gol por la prolongada lesión de Iago Aspas y anímicamente herido por la ausencia de resultados que presidió la caótica etapa de Antonio Mohamed y que Miguel Cardoso ha acentuado firmando los peores registros de los últimos 15 años.

Escribá es la última baza de Carlos Mouriño para salvar una temporada llena de bandazos -mal planificada, peor gestionada y de muy escaso fútbol- , en la que las expectativas europeas del club han acabado por convertirse en una trágica carrera por la supervivencia.

Con este componente alto dramático y la necesidad de sumar de forma inmediata afronta el tercer técnico del curso el duelo frente a los de Quique Setién, un equipo de perfil netamente ofensivo que se mantiene muy vivo en la pelea por Europa, pero que comparece en Balaídos en horas bajas tras haber sido eliminado en el plazo de semana de las semifinales de la Copa del Rey y los octavos de final de la UEFA Europa League. Dos decepciones que, sumadas a la última derrota liguera en el Benito Villamarín frente al Getafe, han puesto por primera vez bajo sospecha al entrenador cántabro.

Pero los problemas del Betis son calderilla al lado del drama que afronta el Celta después de dos meses transitando por las catacumbas de la tabla y que el nuevo entrenador se propone resolver con equilibrio y organización defensiva como punto de partida para explotar la calidad que se le supone (y apenas ha asomado este curso más allá del incomensurable talento de Aspas) a su plantilla.

La ausencia del goleador moañés, a quien no se espera de vuelta hasta después del próximo parón de selecciones, va a condicionar este primer partido de Escribá, que modificará previsiblemente la fallida defensa de cinco hombres empleada por Cardoso en los dos últimos desplazamientos a Mendizorroza e Ipurua.

El preparador céltico desplegará defensa de cuatro, probablemente en un esquema de un solo delantero. Aunque la posibilidad de jugar con tres medios centro y tres atacantes no está descartada, lo más probable (así lo ha probado estos días) es que Escribá despliegue este mediodía frente a los verdiblancos un 4-2-3-1 con Maxi como única referencia en punta.

Queda por ver ahora con qué piezas afronta el choque. Escribá, de momento, oculta sus planes. Aunque sobre el papel con el nuevo técnico todos los futbolistas parten de cero, el preparador céltico ha anticipado que pondrá sobre el tapete de Balaídos un equipo "reconocible" en el que "inevitablemente" habrá algunos cambios.

La portería será previsiblemente de nuevo para Rubén Blanco, a quien avalan sus buenas actuaciones desde que Miguel Cardoso decidió darle la alternativa. En defensa parecen asignadas las posiciones de los laterales. Hugo Mallo, es la apuesta de Escribá para la banda derecha. Por jerarquía y calidad el capitán tendría el puesto asegurado, incluso si Kevin se hubiese recuperado para el partido. La ausencia en la convocatoria del argentino Lucas Olaza vuelve a dejar el costado izquierdo en manos del cuestionado David Juncà.

Excluido de la partida Gustavo Cabral, tres jugadores (David Costas, Néstor Araújo y Wesley Hoedt) se disputan dos puestos en el eje de la línea. El holandés, único central zurdo del plantel, ocupará presumiblemente el perfil izquierdo, mientras que el canterano y el mexicano pugnarán por la otra plaza.

En medio campo todas las opciones están abiertas, si bien Okay Yokuslu y Stanislav Lobotka parecen contar con ventaja sobre el resto, pero no pueden descartarse otras combinaciones que incluyan a hombres como Fran Beltrán, Mathias Jensen o Jozabed.

En el frente de ataque, existen también dudas, salvo por la posición de delantero centro, que tiene adjudicada Maxi Gómez. Los descartes técnicos de Emre Mor y Andrew Hjulsager hacen pensar que Escribá podría desplazar a Brais Méndez a la posición de enganche desde el costado derecho y que Boufal, en la izquierda, y Ryad Boudebouz (aprovechando la motivación que supone jugar contra le equipo que lo ha cedido) podrían ocupar las bandas. Si se confirma esta combinación, Pione Sisto, que vuelve a la convocatoria celeste, apuntaría al banquillo, lo mismo que el delantero del filial Emmanuel Apeh.

El preparador bético, Quique Setién, cuenta mientras tanto con las bajas por lesión de los laterales Junior Firpo (izquierdo) y Antonio Barragán (derecho) y ha excluido de la convocatoria a Sergio León y Zouhair Feddal. El resto están disponibles incluido el recientemente recuperado Cristian Tello, que podría entrar por Andrés Guardado en la banda izquierda de la defensa, y no se descarta que Joaquín, aunque llega con algunos problemas físicos pueda entrar en la derecha. Por lo que respecta al frente ofensivo, los que más posibilidades tienen de saltar al verde de Balaídos son Loren Morón y el canario Jesé Rodríguez, fichado en el último mercado de invierno.