Las posibilidades de que Fran Escribá pueda contar con Iago Aspas antes del tercer parón de selecciones de LaLiga son, en el mejor de los casos, escasas. Las pruebas médicas (ecografía y resonancia magnética) practicadas el pasado miércoles al goleador moañés confirman la buena evolución de su lesión en el gemelo interno izquierdo, aunque sin cicatrización completa de la rotura muscular, lo que hace complicado que pueda reaparecer antes del duelo en Balaídos contra el Villarreal.

Cabe recordar que el delantero cumple en el próximo partido contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu la cuarta semana de rehabilitación desde que recayó de su lesión durante el calentamiento del pasado compromiso frente al Levante y que se le diagnosticaran entre cuatro y seis semanas de recuperación antes de poder vestirse de nuevo de corto.

Aunque el internacional celeste se ha sometido a un innovador tratamiento con factores de crecimiento para acortar los plazos de recuperación, los servicios médicos del Celta prefieren ser prudentes a la hora de establecer la fecha en que podría reaparecer su goleador y estrella.

Los médicos celestes no descartan por completo que Aspas pueda llegar al partido del Santiago Bernabéu, aunque admiten que con solo cuatro semanas de tratamiento "está muy justo" para reaparecer. El jugador, no obstante, será sometido la próxima semana a nuevas médicas para comprobar la evolución de la lesión y "se irá viendo cómo evoluciona, pero lo normal es que no llegue".

Lo problemático de la lesión (el gemelo interno es el músculo con más incidencia de recaídas) y los antecedentes del caso tras la anterior recaída aconsejan a los médicos prudencia. Cabe recordar igualmente que la reaparición del punta moañés va a ser gradual; esto es, que irá incrementando los minutos de juego con el número de partidos. Lo habitual en este tipo de lesiones es que juegue 20 minutos en el momento de su reaparición, 40 en el siguiente partido, 60 en el tercero y 90 en el cuarto. Así, si todo evoluciona según lo previsto, lo más probable es que el delantero pueda reaparecer en casa frente al Villarreal y vaya incrementado su presencia en el campo en los siguientes compromisos contra el Huesca y la Real Sociedad antes de poder disputar completo el choque ante el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano.

La actual lesión en el gemelo interno es la más grave que ha sufrido Iago Aspas en su carrera. El artillero de Moaña se lesionó el 22 de diciembre pasado en el Camp Nou y va a permanecer cerca de tres meses con la excepción de los 24 minutos que pudo jugar contra el Getafe en el Coliséum.

Las lesiones más graves las sufrió, de hecho, el goleador céltico en su etapa en el Liverpool y el Sevilla, donde no contaba gran cosa para Brendan Rogers y Unai Emery, respectivamente.

Con el equipo inglés, Aspas estuvo en la enfermería durante cinco encuentros consecutivos por causa de una distensión en el muslo; con el cuadro nervionense, la siguiente temporada, el morracense se perdió por lesión un total de cuatro encuentros por causa de un problema en la ingle. Ya de vuelta en el Celta, Aspas ha sufrido otras tres lesiones, dos en el muslo y esta última en el gemelo interno. La primera, en el curso 2015-16, apenas le hizo perderse un partido (en Mestalla); la segunda, la pasada campaña, le obligó a perderse tres encuentros a final de temporada. Reapareció para disputar los dos últimos compromisos ligueros (jugó 9 minutos en el Bernabéu y 67 contra el Levante) antes de concentrarse con la selección española para el Mundial de Rusia 2018.

Mientras el regreso de Aspas no va a producirse seguramente hasta la vuelta del parón liguero, los servicios médicos del Celta no descartan que el lateral canterano Kevin Vázquez pueda estar disponible para el choque del domingo contra el Betis. El defensa nigranés completó sin molestias con el grupo el entrenamiento celebrado ayer en Balaídos y podría recibir el alta médica en las próximas horas.

Por otra parte, para el duelo ante los de Quique Setién, Fran Escribá podrá contar, si lo estima oportuno, con el franco-argelino Ryad Boudebouz, cedido al Celta hasta final de temporada por el conjunto verdiblanco, al no haber sido incluida en el contrato de préstamo la denominada cláusula del miedo.