Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El "autobús" se lleva por delante otro proyecto

Cardoso se despide del Celta con una derrota en Ipurua después de fracasar su plan con cinco defensa y dos mediocentros

Rubén Blanco, en el suelo, tras encajar el tanto de Enrich en los minutos finales del partido en Ipurua. // LOF

Miguel Cardoso se quedó sin plan para intentar salvar a un equipo que se hunde en la mediocridad. Solo los peores resultados de algunos rivales directos mantienen al Celta fuera de los puestos de descenso, aunque la pelea por la supervivencia se ha reducido a un quinteto y el colista Huesca viene apretando y se ha situado a tres puntos de los celestes. El técnico de Trofa se presentó ayer en Eibar con el mismo "autobús" que le permitió sumar un punto en Vitoria, pero esta vez fracasó con la defensa de cinco y dos pivotes ante un rival que incluso desperdició un penalti y convirtió al portero Rubén Blanco en lo más relevante del conjunto vigués. El gol de los de Mendilibar llegó en el minuto 87, aunque tuvieron ocasiones para celebrarlo mucho antes. El Celta pudo adelantarse en el marcador en dos ocasiones antes del descanso: Maxi Gómez estrelló el balón en el larguero y Brais Méndez desperdició un mano a mano ante Dmitrovic en una de las tres acciones de ataque que generaron los célticos en otra actuación indigna de un equipo que pretende continuar en la élite. La decimotercera derrota del curso ha supuesto el despido de Miguel Cardoso.

el precursor

Fue José María Maguregui quien puso de moda "el autobús" como método defensivo en la década de los setenta del siglo pasado para tapar las carencias de su equipo. El técnico vasco, que dirigió al Celta en tres etapas distintas, tenía claro cómo afrontar una situación de emergencia: levantar una muralla ante su portería para no encajar goles. "No hay que ser muy inteligente para darte cuenta de las limitaciones de un conjunto. Y a aquel Racing sólo le faltaba quedarse embarazado. Pero nos mantuvimos en Primera", recordaba Maguregui años después de su gesta en Santander. Cardoso ha intentado aplicar ese método defensivo pero ni así fue capaz el portugués de sacar adelante al Celta.

repetición de la jugada

El Celta repitió ayer el mismo once que la semana pasada había sumado un empate sin goles en Mendizorroza. Tenía lógica, pensando en que el equipo celeste necesita no encajar goles después de desplomarse su producción rematadora con la lesión de Aspas. Si blindas la portería tienes asegurado un punto. Y si aciertas con algún remate o aprovechas un despiste del rival, la jornada puede salir redonda.

distinto decorado

Desde el primer minuto, el Eibar mostró mayor peligrosidad que el Alavés la semana pasada. El equipo armero solamente necesitó aplicar la receta de Mendilibar: fútbol simple y directo. Con la intensa lluvia de centros solo parecía cuestión de tiempo que Charles, Enrich u Orellana pudiesen cazar algún rechace para sentenciar a un rival que a los cinco minutos desperdició una gran ocasión. Brais Méndez se plantó solo ante Dmitrovic pero no pudo superar al guardameta serbio. Otro de los graves problemas de los célticos es su falta de pegada. Han anotado 8 goles en los 9 últimos partidos. El último lo consiguió el centrocampista de Mos de penalti ante el Levante. Han pasado más de 180 minutos desde entonces. Sin gol y con un entramado defensivo tan endeble, resulta imposible sumar puntos y, por tanto, conservar una plaza en peligro.

pobre bagaje

Tres remates materializó el Celta en todo el partido. Aunque cuente con un goleador como Maxi Gómez, es difícil sobrevivir con tan pobre balance ofensivo. Además, el uruguayo también ha perdido puntería. No marca desde el pasado 11 de enero. Fue en Vallecas, de penalti. Ayer, el delantero uruguayo falló una ocasión clarísima: remató un centro de Brais Méndez a dos metros de la portería y el balón se le marchó alto, se estrelló contra el larguero cuando Dmitrovic ya estaba vencido.

Agujero en la izquierda

"El partido más importante de nuestra vida", en palabras de Cardoso durante su comparecencia previa, no mostró a un Celta intenso y comprometido por sacar adelante el partido, que en la segunda mitad quedó a merced de lo que dictó el Eibar. El equipo de Mendilibar mantuvo el mismo guión, el que le ha llevado a disfrutar con tranquilidad de la máxima categoría y con unos recursos mínimos. Orellana y Rubén Peña aprovecharon el agujero de Juncà para poner en apuros a Rubén Blanco. Incapaz de buscar un recambio para el lateral catalán, el VAR penalizó el desconcierto defensivo de los de Cardoso con un penalti. El excéltico Charles Dias mandó por encima del larguero el lanzamiento de la pena máxima cuando el técnico portugués había decidido mover el banquillo sin esperar a la resolución del árbitro.

cambios sin respuesta

Como ha sido norma general durante su estancia en Vigo, Cardoso tampoco acertó en el movimiento de piezas para intentar sumar algún punto en Ipurua. Beltrán no mejoró a Okay ni Boufal a Jensen. Es más, su rival sí encontró soluciones en los reservas y Cardona, que acababa de suplir a Cucurella, burló a Mallo y a Beltrán para regalarle el gol a Enrich. El "autobús" se llevaba por delante a Cardoso.

Compartir el artículo

stats