"Empezar a crecer desde una buena defensa" . La frase pronunciada el sábado en Mendizorroza por Hugo Mallo suena a mantra para salvar la delicada situación que atraviesa el Celta en LaLiga. Con el empate sin goles ante el Alavés, los célticos rompieron una racha recibiendo goles a domicilio que se prolongó durante poco más de un año. A partir de la seguridad defensiva, el conjunto celeste intentará solucionar los problemas que le han llevado a las últimas posiciones de la clasificación. La fórmula empleada en esta ocasión fue la defensa de cinco y dos pivotes defensivos. Y parece que el modelo llega para quedarse, al menos por un tiempo, en los esquemas tácticos de un entrenador que plantea los partidos en función del rival.

Mantener la portería a cero no es algo nuevo desde la llegada de Cardoso al Celta, pues con el técnico portugués ya se había conseguido esta efectividad defensiva en otras tres ocasiones: ante Huesca, Leganés y Sevilla. Entonces, el preparador de Trofa obtuvo su objetivo utilizando la defensa de cuatro. Pero cuando los resultados negativos se convirtieron en habituales y su puesto corría peligro, Cardoso buscó otras alternativas que cortasen la sangría de goles de un equipo que llegó a esta jornada de LaLiga como el más goleado de la categoría, igualado con el Levante con 43 tantos en contra cada uno.

La apuesta por tres centrales la puso por primera vez en práctica el preparador céltico hace dos semanas, en la visita a Getafe. Entonces justificó la modificación táctica en que el rival jugaba con dos puntas y que le parecía más adecuado reforzar el centro de la zaga. A Cardoso le gustó el comportamiento de su equipo con esa fórmula, aunque todo el armazón se vino abajo cuando el árbitro expulsó a Maxi Gómez a los 37 minutos del primer tiempo y tras señalar un riguroso penalti que permitió igualar un marcador que hasta entonces favorecía a los celestes. Cardoso reconocería después que le había gustado el trabajo defensivo de su equipo, a pesar de la derrota.

No se atrevió a repetir con tres centrales en la visita del Levante a Balaídos, una semana después, donde el Celta volvió a pagar un elevado precio por su debilidad defensiva (1-4). Después de que el club le concediese una prórroga al frente del equipo, Cardoso volvió a aplicar el sistema de cinco defensa para la visita a un Alavés que ahora mismo pelea por la cuarta plaza de la clasificación.

Y esta vez, el nuevo plan del de Trofa dio resultado. El Celta rompió con más de un año sin recibir un gol a domicilio, desde que el 14 de enero de 2018 sorprendió al Levante (0-1) en Orriols con un tanto de Pione Sisto.

El empate sin goles de Mendizorroza acababa con veintiuna jornadas consecutivas de Liga encajando algún gol como visitante. Además, este resultado es poco habitual en la historia del Celta. Es el tercero que logra en los últimos quince años. Los anteriores se produjeron en El Sadar (2016) y en el viejo San Mamés (2004).

Esta semana, los célticos repetirán visita a tierras vascas . El próximo domingo acudirán a Eibar (Ipurua, 12 horas). Cardoso presentará con seguridad una defensa de cinco. Intentará de nuevo que su equipo no encaje goles. Así sabe que su equipo estará más cerca de la victoria. Parece el camino más corto.