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Una única solución a múltiples males

Aspas, baja de nuevo al recaer de la lesión, es la esperanza a la que se aferra un Celta que complica más su futuro con otra derrota

El banquillo y los futbolistas del Celta protestan la expulsión de Boudebouz al comienzo del segundo tiempo. // Marta G.Brea

El Celta no da para más en estos momentos en los que afronta la recta final de una temporada que comenzó mal y que continúa peor tras realizar una discutible planificación deportiva y elegir a dos entrenadores que no han sabido sacar provecho a una plantilla con jugadores de gran valor en el mercado europeo. Es cierto que ayer faltaban Aspas y Maxi Gómez, pero resulta extraño ver a Lobotka en el banquillo, que Jensen juegue sus primeros minutos con Cardoso, que Sisto no cuente para el de Trofa, que Hoedt le haya ganado la titularidad a Costas o que el filial no ofrezca un delantero centro que se maneje mejor que Brais Méndez entre los centrales. El big data va camino de destruir el fútbol como deporte de errores, sensaciones, emociones y pasión. Ahora mismo parece que lo importante es el volumen de datos que se recopilen de un jugador o de un rival, sin tener en cuenta que el error también cuenta. Los datos realmente preocupantes son que el Celta sume 24 puntos a falta de 14 jornadas y que necesitará entre 16 y 18 puntos más para seguir en Primera. Cardoso lleva 10 puntos en 12 partidos. Así, solo Aspas parece capacitado para arreglar el desaguisado.

fallos en el big data

Por primera vez en las dos últimas temporadas, el Celta tuvo que afrontar un partido de Liga sin Aspas y sin Maxi Gómez. Cardoso, muy celoso y hermético con sus planes -ni siquiera ofrece la lista de convocados en las ruedas de prensa-, se decantó por una solución rocambolesca para elegir el delantero que supliese a sus goleadores de referencia. Es verdad que Brais Méndez es el tercer máximo anotador, pero el de Mos tiene tanto de ariete como Juncà. El big data aquí llevó a cometer un error grave, que a punto estuvo de solventar Hugo Mallo. El lateral tiró de rabia y de carácter para empujar a un equipo que no encontraba a sus delanteros. Estuvo a punto de igualar el primer tanto de Morales al aparecer en el área del Levante. Su remate lo desvió el portero a córner. Mientras tanto, Boufal agotaba su talento en acciones intrascendentes y Boudebouz veía como regalada una titularidad que no se había ganado. Con un ataque así, solo cabía esperar una jugada de estrategia o un córner, mientras que se corría el peligro de que el Levante sacase provecho a su intensa presión sobre la salida del balón de los célticos. Con Okay arrancando entre los centrales y Jozabed pasando una discreta mañana, la presencia de Beltrán resultaba testimonial, aunque aparente. El toledano es sobresaliente en compromiso, pero con escasa incidencia en el juego.

torres desubicadas

Tras la cadena de fallos que llevaron a que Rochina sacase a lucir su zurda para regalar un caramelo a Morales (0-1, minuto 20), el Celta se repuso y en la ocasión de Mallo pudo igualar el partido, que quedó medio sentenciado por la vía menos esperada ayer después de que Cardoso apostase por tres torres para dominar el juego aéreo: Araújo, Hoedt y Okay. Ninguno de los tres futbolistas, que rozan o superan el 1,90 de altura, se percató de que había que cubrir el segundo palo en un saque de esquina del Levante. El balón cayó en la cabeza de Coke, que superó en el salto a Mallo y aprovechó la pasividad de Rubén Blanco para anotar el 0-2.

Tres rojas en 4 partidos

Con el Celta viviendo un infierno y Balaídos mostrando las primeras protestas, Aspas continuaba sin asomar la cabeza fuera del banquillo, señal de que la rotura fibrilar que sufrió en Barcelona le crea más problemas de los previstos. En el descanso, Cardoso sacrificó a Jozabed por Lobotka. El Celta consiguió ganar el primer córner a favor a los 47 minutos de partido, señal inequívoca de su escasa producción ofensiva en la primera mitad. En la siguiente jugada, Boudebouz fue expulsado por una fea entrada a un rival sobre la línea de banda. Excesivo castigo para el debutante y para el cuarto equipo que menos faltas comete. Ahora ya es líder en solitario en tarjetas rojas: suma seis, de las que tres las ha visto en los cuatro últimos partidos. "Estamos hasta los huevos", cantó Balaídos entre la indignación por los árbitros y la resignación por un equipo muerto. Así se quedó el Celta con el 0-2 en contra y con casi 40 minutos por delante con un jugador menos.

Balaídos, confuso

Entonces, Aspas comenzó a calentar, pero el moañés volvió a desaparecer de escena cuando Morales anotó el tercero a la hora de juego. El madrileño se llevó la mejor ovación de Balaídos cuando fue sustituido. Minutos antes, Brais Méndez recibía abucheos por un error en una decisión. Aunque la mayor bronca fue para el presidente: "Mouriño, dimisión", cantó casi todo el estadio sin tener en cuenta que el propietario se irá cuando venda o ceda sus acciones. Demasiados contratiempos en el equipo celeste llevaban a caer facilmente en la confusión. Aspas, que se resintió del gemelo, declinó entrar en juego mientras sus compañeros, liderados por un Okay mayúsculo, intentaron maquillar la goleada. Llegó una pequeña alegría con el gol de penalti de Brais Méndez, pero duró poco con el cuarto tanto de Borja Mayoral en el minuto 89.La única solución a múltiples males pasa por recuperar a Aspas.

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