Lucas Olaza (Montevideo, 1994) se considera mejor jugador que cuando hace tres años pasó por el filial céltico. Tras regresar a su país y jugar en varios clubes argentinos, entre los que destaca Boca Juniors, el lateral izquierdo admite que ha mejorado como marcador y que lo importante de un zaguero "es ser fuerte en defensa".

"Llegué al Celta B muy joven, he madurado mucho en el tema futbolístico y en el personal. El paso por Argentina me ayudó mucho porque es una liga muy competitiva, que se exige mucho tanto en la cancha como en la vida misma. Creo que lo importante en un lateral es ser fuerte defensivamente para poder atacar. Trato de explotar una virtud que creo que es lo mejor que tengo, que es la pegada, el disparo de larga distancia y los centros", comentó ayer Olaza en una entrevista para Celta Media.

El uruguayo regresó a Vigo en este mercado de invierno en calidad de cedido. Todavía no se ha estrenado en el primer equipo céltico. En diciembre pasado tuvo la oportunidad de disputar la final de la Copa Libertadores ante el River Plate. Este clásico argentino tuvo que celebrarse en Madrid, en el Santiago Bernabéu, tras los disturbios que provocaron los hinchas en la capital argentina: "Jugar una Libertadores con Boca fue un sueño para mí. No se pudo ganar, pero como experiencia fue algo muy lindo".

Reconoce que su vuelta a Vigo ha sido muy positiva. "La gente del Celta siempre me ha tratado muy bien, por eso volví también. La gente, dentro del club, es extraordinaria, eso me motivó a venir. Me encontré con gente que trabajaba en el club, tengo antiguos compañeros que son amigos para mí. Cuando me llamaron y vi el interés del Celta, obviamente no lo dudé para venir aquí. Mi objetivo es tratar de ayudar al equipo en lo que más necesite", añadió Olaza, con el que cuenta el club vigués para reforzar el costado izquierdo de la defensa, puesto por el que tendrá que competir con David Juncà.