El Celta no ha logrado ganar ninguno de los cinco partidos (cuatro derrotas y un empate) que le ha dirigido Pablo González Fuertes en las dos últimas campañas. El colegiado asturiano es igualmente responsable de dos de las cinco expulsiones que ha recibido este curso el cuadro celeste en los 23 compromisos ligueros que se llevan disputados hasta el momento.

Además de expulsar el sábado a Maxi Gómez con la doble tarjeta amarilla más rápida de la historia de LaLiga (competición que precisamente cumplía ayer 90 años), González Fuertes mandó también antes de tiempo a Néstor Araújo a la ducha en el duelo liguero de la octava jornada disputado en octubre pasado por los celestes en el Ramón Sánchez Pizjuán.

El árbitro asturiano expulsó al defensa central mexicano con doble tarjeta amarilla, en este caso por distintos lances del juego. Según refleja el acta del encuentro, Araújo vio la primera amonestación "por discutir con un contrario sin llegar a insultos ni a la amenaza" y la segunda "por derribar de forma temeraria a un adversario en la disputa del balón".

La primera de ellas la vio el zaguero celeste en el minuto 55 de partido y la segunda (y consiguiente roja) apenas tres minutos más tarde, en el 58, lo que confirma a González Fuertes es, al menos en lo que al Celta respecta, un colegiado de gatillo fácil.

Y es un hecho que al equipo vigués no le ha ido nada bien con este árbitro en las dos temporadas que lleva pitando en Primera División. Cuatro derrotas y un empate en cinco partidos lo confirman.

Esta temporada, los celeste han perdido (en ambos casos con la expulsión de un jugador) los dos encuentros que le ha dirigido, ambos a domicilio, ante el Sevilla (2-1) y el Getafe (3-1). A ello hay que sumar las derrotas del pasado curso contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu (6-0), Getafe (también el Coliséum, 3-0) y el empate firmado contra el Girona en Balaídos (3-3) en el único encuentro de los cinco que le ha dirigido el asturiano que los celestes no han perdido.