El Celta vuelve a la senda de la derrota, 3-1 ante el Getafe a domicilio. Se le ponía el partido de cara con un gol tempranero de Néstor Araújo de cabeza tras una jugada a balón parado. Era el minuto 2 y todo seguía la tónica del choque ante el Sevilla, pero los madrileños le dieron la vuelta al marcador. Un partido marcado por la polémica y un balón regalado de Rubén Blanco noqueó por completo a los vigueses.

Las dudas vuelven a salir, parecían defenestradas tras la victoria de la semana pasada ante el tercer clasificado, pero hoy ha regresado, y de la peor manera posible. La única buena noticia del encuentro ha sido la vuelta de Iago Aspas a los terrenos de juego tras 5 jornadas ausente por una lesión en el gemelo de su pierna derecha. La nota negativa, la expulsión de Maxi Gómez por protestar tras doble tarjeta amarilla. Habrá que esperar a ver qué dirime competición para conocer la sanción del uruguayo, pieza clave para el Celta en ataque.

Se adelantaba el Celta

Otro gol de estrategia -ya suponen 6 de los últimos 7 tantos- ilusionaba al Celta cuando muchos aficionados todavía ni se habían sentado, pero ahí se acabó todo. A excepción de un gol anulado a Hugo Mallo por fuera de juego, previa revisión en el VAR, el Celta se vio superado por la polémica arbitral.

La pena máxima señalada de Mallo a Arambarri quizás no era suficiente como para pitar tal castigo, Maxi tampoco lo entendió así y se fue a los vestuarios antes de tiempo. Por si fuera poco, un gol anulado al Celta volvía a encender el ánimo en el Coliséum y cada acción arbitral iba acompañada de dudas.

El Celta se coloca así como 16º con 24 puntos, a uno solo del pozo del descenso, del que caerá o no dependiendo de lo que hagan Girona y Rayo Vallecano.