El Celta ha decidido levantar el castigo a Emre Mor, quien ayer cumplió dos semanas apartado del equipo por indisciplina y que no tardará en reintegrarse a los entrenamientos con el grupo, según desveló ayer el director deportivo, Felipe Miñambres, que se mostró partidario de "recuperar" al jugador después de que éste rechazase una oferta para salir -también lo hizo Andrew Hjulsager- en el pasado mercado de enero.

"Tuvo una oferta y, bueno, prefirió quedarse", reveló el ejecutivo céltico en una conversación con los periodistas tras la presentación oficial en a Sede de Lucas Olaza y Ryad Boudebouz. "Está en el proceso que ahora está. En algún momento tendrá que volver a trabajar con sus compañeros, tendrá que volver a demostrar cosas no solo en el campo, sino fuera", apostilló Miñambres, que no quiso abundar en el asunto: "Al final hablamos demasiado de él y solo es uno más. Ahora mismo no está con nosotros, pero lo estará y trataremos, como hemos hecho desde el día que llegó, de ayudarle para que mejore".

El segundo fichaje más caro de la historia del Celta (13 millones) cumplió ayer dos semanas apartado del equipo por orden del club debido a un nuevo episodio de indisciplina, el tercero en año y medio, que no se ha concretado, aunque parece que tiene que ver con la falta de actitud del futbolista en el trabajo diario.

Ésta es seguramente la mejor explicación a la falta de minutos de un jugador que llegó al club con vitola de estrella en ciernes y que apenas si ha jugado media docena de encuentros como titular en más de año y medio. Mor no ha gozado de la confianza de ninguno de los tres entrenadores que ha tenido en el Celta. Juan Carlos Unzué tardó en entregarle galones y lo relegó al banquillo al primer gesto de indisciplina; Antonio Mohamed habló a su llegada de la necesidad de recuperarlo para la causa pero enseguida lo dio por perdido; y Miguel Cardoso apenas le dio un par de partidos como titular de margen antes de enviarlo a galeras.

Menos que Mor ha jugado aún esta temporada Mathias Jensen, por quien el Celta pagó el pasado verano 5 millones de euros y que solo ha participado en un partido en casi seis meses de competición. Según Miñambres, el ostracismo del medio danés se debe, ante todo, a un problema de competencia. "Está compitiendo con otros jugadores en una zona del campo que está más que doblada. Cuando el míster juega con dos mediocentros, tenemos seis; cuando juega con tres, entra más gente, pero sí es una zona que tenemos más que doblada porque al final hay seis jugadores", explicó.