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Premio al compromiso

El Celta recupera la fortaleza colectiva y tumba a un Sevilla que decepciona incluso a su técnico - Cardoso renueva el crédito del club

Brais Méndez se duele en el suelo del codazo con el que Banega respondió a un agarrón del céltico. // R. Grobas

Balaídos vivió ayer una fiesta que comenzó a media tarde con la movilización del celtismo y concluyó con la sexta victoria del Celta, en un partido agónico por la incertidumbre del resultado hasta el último segundo y por la necesidad de los locales de romper una racha de seis jornadas sin ganar que le había situado en puestos de descenso. Arropado por su afición desde que llegaron al estadio, los célticos apelaron al orgullo y al compromiso para sacar adelante un complicado compromiso ante el cuarto clasificado de LaLiga. Miguel Cardoso ganó tres puntos y mucho crédito para continuar en el banquillo céltico. Demostró mantener unido al vestuario, motivo por el que el club le mantuvo en el cargo.

Beltran por lobotka

La novedad más significativa en el once que el Celta presentó ante el Sevilla fue la presencia de Fran Beltrán, junto a Okay (regresaba el turco tras dos jornadas ausentes por lesión) y a Jozabed. El sacrificado en esta ocasión fue Lobotka. El eslovaco no pasa por su mejor momento y el mercado de invierno, en el que fue uno de los candidatos a que pagasen su clásula de rescisión del contrato que tiene en Vigo, no le ha ayudado a ganarse la titularidad en una posición con una elevada competencia. Es más, el danés Jensen ni siquiera entró en la convocatoria. No parece gustarle a Cardoso el escandinavo, a pesar de que el club persiguiese su fichaje durante mucho tiempo. Ayer prefirió incluir a un Boudebouz que acaba de llegar cedido del Betis y solo entrenó una tarde con sus nuevos compañeros.

buena disposición

Prometió Cardoso que sus jugadores lo darían todo ante el Sevilla para sumar un triunfo que se le resiste a los suyos desde principios de diciembre. Y ayer los célticos cumplieron los deseos de su entrenador. Desde el primer minuto los célticos mostraron compromiso y una buena disposición a plantarle cara al cuarto clasificado de LaLiga. Lo agradeció la gente de la grada, que cambió las voces críticas por aplausos de aliento para un equipo con déficit de autoestima después de tener que encarar esta cita con una pesada mochila con cinco derrotas consecutivas.

Travesía en el desierto

Le cuesta generar ocasiones de gol a los celestes. La ausencia de Iago Aspas pesa demasiado en un equipo que depende demasiado del moañés, no solamente por el número de goles que garantiza durante la temporada (ha sido el máximo goleador español en los dos últimos cursos) sino por el juego que se genera a su alrededor. Aparte del Barcelona con Messi, no hay otro equipo de LaLiga con un jugador tan clave y determinante como Aspas en el Celta. Y sin la estrella del vestuario celeste ha tenido que afrontar el conjunto vigués una travesía en el desierto que le ha llevado hasta las últimas posiciones.

el valor de la cantera

En estos momentos difíciles, los canteranos se han convertido en los pilares de un grupo con más de una docena de nacionalidades. En esta torre de Babel en la que se ha convertido el Celta, gente como Hugo Mallo o Rubén Blanco son ejemplo de compromiso. El guardameta de Mos, de hecho, viene destacando como el más brillante en las últimas jornadas. Ayer volvió a aparecer en los momentos complicados, cuando el Sevilla dio un paso adelante en busca de un triunfo que se le resiste desde octubre como visitante. A la hora de partido sacó una mano prodigiosa el portero céltico tras un remate de Ben Yedder, que junto a André Silva forma una las parejas de delanteros más brillantes del campeonato. Se presentaron en Balaídos con un bagaje de diecinueve tantos entre ambos, la misma cifra que acumula el dúo celeste Aspas-Maxi Gómez.El uruguayo también se resiente de la ausencia del moañés, pues apenas se genera juego a su alrededor para seguir mostrándose como uno de los mejores rematadores de la competición.

otro gol de estrategia

El Sevilla, que había sido humillado el miércoles por el Barcelona en la Copa del Rey, tomó pocos riesgos ante un rival que se defendió con orden y que agradeció el compromiso de todos sus compañeros para mejorar en el juego de contención, aunque en uno de los despistes habituales Ben Yedder cogió a contrapié a la defensa rival y estrelló el balón en el palo. La fortuna también es necesaria para superar crisis como la del Celta, que encontró el gol en otra jugada de estrategia, tras un nuevo saque de esquina que Okay resolvió en el segundo palo. A falta de mejor juego de ataque, el Celta se ha visto obligado a buscar el recurso de las jugadas a balón parado para sobrevivir sin Aspas.

premio a la afición

El gol de Okay valió tres puntos y provocó el delirio en un Balaídos que con 17.500 espectadores registró una de las mejores entradas de los últimos meses. Como reconoció Cardoso tras el partido, el celtismo llevó en volandas al equipo y varios jugadores así se lo mostraron a la afición, a la que despidieron con aplausos y regalando las camisetas con las que obtuvieron un triunfo importante.

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