Iago Aspas no ha podido recuperarse a tiempo para disputar el partido de esta noche ante el Sevilla (Balaídos, 20:45 horas), en el que el Celta necesita sumar una victoria que le pueda sacar del atolladero en el que se ha metido tras encadenar cinco derrotas. Miguel Cardoso, que se juega el puesto, sí podrá contar con Okay Yokuslu y con David Costas. Pierde a Wesley Hoedt, sancionado con un partido por su expulsión en Valladolid, pero gana para la causa al recién incorporado Ryad Boudebouz. El franco-argelino, cedido por el Betis, entra en la convocatoria pocas horas después de llegar a Vigo. Se queda fuera de la lista Mathias Jensen, al igual que Lucas Olaza, el tercer refuerzo invernal. Manolito Apeh, del filial, repite con el primer equipo tras debutar en Valladolid. Radoja y Emre Mor ya no cuentan.

Hacía más de dos años que el Celta no visitaba la zona de descenso en Primera División. La última vez fue con Eduardo Berizzo en el banquillo, a mediados de septiembre de 2016, cuando el conjunto vigués se preparaba para afrontar una de las más brillantes temporadas de su historia, en la que alcanzaría las semifinales de la Liga Europa y de la Copa del Rey.

Eran otros tiempos.Ahora, con una plantilla más valorada en el mercado de fichajes, los célticos se sienten angustiados por encontrarse en una situación en la tabla clasificatoria que no entraba en sus peores previsiones en agosto pasado y para la que no parecen estar preparados muchos de sus jóvenes futbolistas.

Verse en la decimoctava plaza de la clasificación a falta de diecisiete jornadas produce vértigo, pero los de Miguel Cardoso tratarán de superarlo esta noche con el apoyo de su afición para sumar los tres puntos ante el Sevilla (20:45 horas, Bein LaLiga). Además, el entrenador portugués afronta un examen definitivo, pues el club no parece dispuesto a seguir confiándole el equipo si encaja la sexta derrota consecutiva. Es cuestión de números: ha sumado 7 de los 27 disputados.

El rival de hoy tampoco se presenta en las mejores condiciones anímicas en Vigo después de despedirse de la Copa del Rey con una goleada en contra en el Camp Nou (6-1), a donde acudió el miércoles con dos goles de ventaja. Ese tropiezo puede pasar factura. Buena parte de la afición del equipo del barrio de Nervión cuestiona al técnico Pablo Machín. Apenas se valora la cuarta plaza que ocupan los sevillistas en LaLiga o continuar vivos en la segunda competición europea. Se le critica la endeblez que el conjunto andaluz muestra como visitante. De hecho, fuera del Sánchez Pizjuán solo ha sumado 3 triunfos y 4 empates en 11 compromisos. Escaso bagaje para una plantilla que aspira a seguir añadiendo títulos a sus vitrinas y que dejó pasar la oportunidad de disputar la final de Copa en su ciudad.

Nunca llueve a gusto de todos. Y en Vigo diluvia por momentos, en lo meteorológico y en lo deportivo. Mucho antes de que entrasen las borrascas atlánticas por el noroeste peninsular, el equipo celeste ya venía haciendo aguas. No ha encontrado una línea de juego consistente y convincente en lo que va de temporada, ni antes con Mohamed ni ahora con Cardoso.

El problema se ha agravado con la ausencia de Aspas (se lesionó el 22 de diciembre). Empeoró sin Okay, que vuelve tras recuperarse de un traumatismo en un dedo de un pie. El turco, al menos, da consistencia al centro del campo, donde Cardoso posiblemente apueste por juntarlo con Beltrán y con Lobotka, aunque tampoco se descarta a Jozabed.

Sin el sancionado Wesley Hoedt, que debutó con buenas prestaciones en Zorrilla, Cabral se perfila como titular, tras la cesión de Roncaglia al Valencia. David Costas también recibió el alta médica, pero Cardoso subraya que el de Chapela no está en condiciones de afrontar todo el partido. Adelantó los plazos de recuperación de la rotura fibrilar que sufrió el 5 de enero y que le iba a mantener de baja hasta mediados de febrero. Ha sido un habitual con el portugués, que quizás le deje en el banquillo.

Si Carsoso no apuesta por revolucionar los laterales -Mallo en la izquierda y Kevin en la derecha-, el cuestionado David Juncà volverá a la izquierda, por donde más ha sufrido la zaga céltica en las últimas semanas. El de Trofa dejó fuera de la lista al uruguayo Lucas Olaza, procedente de Boca Juniors tras pasar hace tres temporadas por el filial céltico.

Para conseguir un triunfo que se le resiste al Celta desde el 8 de diciembre (2-3 en Villarreal), el preparador de Trofa cuenta con Maxi Gómez como referencia en la delantera, con Sisto, Boufal o incluso Brais Méndez (si el canterano no juega en el centro del campo) como candidatos a moverse por los costados. Boudebouz podría debutar con la celeste en el segundo tiempo, aunque en el Betis solo ha sumado 11 minutos en lo que va de 2019.

Con el Sevilla estará el excéltico Sergi Gómez, que vuelve por primera vez a Balaídos tras abandonar Vigo el verano pasado. Nolito, otro futbolista con pasado celeste, se recupera de una grave lesión.

El Sevilla, a pesar de continuar diezmado por las bajas, llega a Balaídos con la obligación de ganar para resarcirse de su dolorosa eliminación en los cuartos de la Copa del Rey. La sonrojante derrota en el Camp Nou, una más en sus visitas de los últimos años a los grandes escenarios, ha levantado críticas en el sevillismo por el planteamiento y el once que puso en liza Machín, por lo que ahora no le queda más remedio que recuperar su mejor versión para restañar las heridas y pasar página cuanto antes del duro correctivo copero.

El Sevilla no gana fuera desde el 29 de septiembre en Eibar (1-3) y se prevé que Machín haga algunos cambios, pero manteniendo el bloque. Además de la vuelta segura del meta checo Tomas Vaclík, es probable la del central argentino Mercado y la del carrilero zurdo Sergio Escudero, ya recuperado, más el centrocampista argentino Franco Vázquez y el delantero galo Wissam Ben Yedder, suplentes ante el Barça. Siguen lesionados Aleix Vidal, Jesús Navas, Munir, Nolito, Joris Gnagnon y Maxime Gonalons.