El Celta se ha propuesto dar salida urgente a Emre Mor antes del cierre del mercado el próximo jueves. Después del último episodio de indisciplina protagonizado por el atacante su marcha se ha convertido en una cuestión de estado. Sin apoyos en el consejo de administración ni en la plantilla, donde no goza de grandes simpatías, y muerto a ojos del técnico, Miguel Cardoso, en la calle del Príncipe han comprendido que la permanencia de Mor en la plantilla puede suponer un serio problema en un momento de especial incertidumbre por la delicada situación deportiva que atraviesa el equipo.

Las desafección hacia el que hasta el momento es el segundo fichaje más caro de las historia del Celta vivió ayer un nuevo episodio con la decisión de su agente de dejar de representarle, según informó ayer el Diario As. De acuerdo con Özgür Sancar, corresponsal en Turquía del rotativo madrileño, el intermediario Bektas Demirtas ha decidido dejar de ocuparse d de los asuntos del todavía futbolista céltico por los actos que ha cometido y haber desoído todos sus avisos para mejorar su comportamiento. El agente explica también que se desplazará este fin de semana a Vigo para comunicar personalmente su decisión al jugador.

Queda por ver ahora como afecta la dimisión del agente a los planes del Celta de sacar al futbolista del equipo en este mercado. La idea inicial del club era traspasar al futbolista, pero la falta de compradores ha dejado esta posibilidad en vía muerta.

La posibilidad de una cesión, opción que el club no contemplaba hasta el pasado miércoles, cuando Mor fue apartado por Cardoso, está ahora sobre la mesa. El préstamo parece, de hecho, la solución más plausible, aunque en las actuales circunstancias colocar al futbolista puede convertirse en una misión casi imposible.

Nada puede ocultar ya la alarmante depreciación que ha sufrido Emre Mor en poco más de año y medio en el Celta. Sus evidentes problemas de adaptación al equipo y a la vida en otro país, su deficiente actitud en los entrenamientos y el pobre rendimiento ofrecido sobre el terreno de juego se ha visto agravados por un deplorable historial disciplinario que le ha llevado a ser apartado por dos de los tres entrenadores que ha tenido en el club celeste.

Con semejante carta de presentación, parece difícil que algún club se arriesgue a apostar por él.

Su elevado salario, superior al millón de euros netos -Mor es el tercer futbolista mejor remunerado del Celta tras Iago Aspas y Hugo Mallo-, complica el negro panorama con el que el club se enfrenta para colocar a un futbolista que hace solo año y medio estaba considerado como una de las grandes promesas del fútbol europeo y por el que el club pagó la pasada temporada 13 millones de euros.