El Celta espera el regreso de Iago Aspas como agua de mayo. La ausencia del goleador moañés ha sido una losa demasiado pesada para el equipo celeste, que sigue sin ganar partidos sin su estrella sobre el campo. Desde su lesión el pasado 22 de diciembre en el Camp Nou, los celestes no han hecho más que acumular derrotas y sensaciones negativas que acabado por emborronar la tenue mejoría experimentada en los primeros partidos de Miguel Cardoso al frente del equipo.

Aspas, que antes del último enfrentamiento contra el Valencia se entrenaba aún en solitario, debería reincorporarse esta semana de forma progresiva al trabajo con el resto del grupo. El artillero morracense, al que se pronosticó un periodo de baja de una cinco semanas, evoluciona en los plazos previstos por los servicios médicos, con lo que salvo que se produzca algún contratiempo inesperado en los próximos días, todo hace indicar que va a ser de la partida para el crucial duelo del próximo domingo en el Nuevo a Zorrilla, donde el Celta se propone acabar con la racha de partidos sin ganar que le persigue desde que hace cinco jornadas empató en Balaídos sin goles contra el Leganés.

Para el choque contra los pucelancos, volverá a causar baja el defensa central David Costas, aunque el técnico céltico confía en recuperar a Okay, ausente frente al Valencia por culpa de un traumatismo en el segundo dedo del pie derecho.