Nueva derrota para un RC Celta B que no termina de encontrar la senda correcta a la salvación. En esta ocasión sucedió a domicilio y por la mínima ante un CD Guijuelo también muy necesitado de puntos. El partido del filial vigués fue cuando menos discreto, especialmente en lo ofensivo en una primera mitad en que apenas llegó, pero tras el descanso tuvo más ambición y generó ocasiones suficientes como para al menos haber sacado un punto y no marcharse de vacío frente a un rival que no demostró nunca ser mejor equipo.

Las precauciones y el temor a encajar un tanto tempranero que situara el marcador en contra a las primeras de cambio marcó el inicio de un enfrentamiento en el que tanto salmantinos como vigueses no dudaron lo más mínimo en recurrir a los balones aéreos como forma de defenserse pero también como rudimentaria manera para atacar. El primer cuarto de hora discurrió sin ocasiones ni llegadas a las respectivas áreas, tampoco con un dominador claro de la posesión ni el juego, pero entonces en una acción aislada el local Javi Borrego estrellaba su remate en un poste, Raúl Ruiz recogía el rechace para asistir a Carmona en el segundo palo y este marcaba a placer de cabeza adelantando al Guijuelo en el marcador. El filial vigués no estaba siendo inferior pero una vez más le tocaba remar durante muchos minutos.

Después de encajar el gol el Celta B atravesó por una fase bastante oscura en la que no consiguió hacer circular el cuero con profundidad ni fluidez. Los visitantes sufrían también en la presión sobre la pelota y se veían obligados a jugar bastante retrasados, muy lejos del marco rival. Por su parte el Guijuelo jugaba con el viento de cara, presionando efectivo y sin exhibir grandes ideas, pero con Fuster enlazando muy bien con un incisivo Borrego. Así y todo los locales no generaron demasiados acercamientos relevantes.

A la vuelta de los vestuarios el Celta B reapareció con una cara bien distinta y eso se haría sentir muy rápido, pues a la zaga local que en la primera parte apenas había tenido trabajo, especialmente cerca de su área de gol, ahora se le acumulaba de manera notable. La escuadra celeste rozó el gol a los cinco minutos, pero el portero local Felipe Ramos estuvo salvador y despejó con la pierna al más puro estilo balonmano. Cuatro minutos más tarde Iban Salvador se deshacía de dos contrarios con una bonita maniobra y su buen disparo desde la frontal se marchaba fuera por muy poco.

El Guijuelo sufría lo indecible pero la fortuna estaba de su parte pues segundos después. Apeh no embocaba entre palos un buen remate de cabeza tras centro desde la banda izquierda. No quedó ahí la cosa, y justo antes de cumplirse la hora de encuentro era Vega desde el pico del área quien se encontraba con Felipe Ramos, el guardameta local voló y sacó una mano milagrosa para rozar el cuero y enviarlo a la esquina.

La falta de pegada penalizaba sobremanera a un Celta B que siguió siendo más fuerte, acumulando posesión de pelota y merodeando el área rival de manera constante. Pero claro, no conseguía finalizar de manera acertada y siempre faltaba el último pase o el remate final. Precisamente así a un cuarto de hora para la conclusión el local Luque tuvo la sentencia a su alcance, pero su disparo no cogió puerta por muy poco.

Poco después el banquillo agotaba sus posibilidades de reacción al realizar un doble cambio. El equipo lo notó y redobló sus esfuerzos para conseguir al menos la igualada, pero el cuadro chacinero se replegó de manera descarada y pasó a practicar el "no" fútbol que más le interesaba. Los jóvenes jugadores visitantes lo intentaron por todos los medios y no sin renunciar a cierta ortodoxia pues buscaron bien la llegada por los costados y el centro al área, pero la solidaridad defensiva del conjunto local se impuso y al final el Celta B se quedaría sin marcar.