La censura de Miguel Cardoso, que le reprochó su falta de combatividad frente al Athletic, ha vuelto a poner el foco de atención en Pione Sisto en las últimas campañas cuyo rendimiento se ha desplomado de forma increíble en los dos últimos meses de competición. El pasado lunes Cardoso abroncó a Sisto por bromear con un adversario cuando el Celta buscaba empatar el partido. "No me gusta ir perdiendo y sonreír a los contrarios. No se puede charlar con el rival cuando tienes que hacer goles. Esa actitud me mata, no es la de alguien que quiera ganar", le recriminó el preparador celeste en rueda de prensa.

La reprobación de Cardoso incidía en la falta de implicación de un jugador que se parece muy poco al futbolista que fichó por el Celta y no tardó en convertirse en uno de los más firmes valores que ha tenido el equipo. Los problemas personales con los que el futbolista danés tuvo que lidiar hace unos meses y que le apartaron de la convocatoria durante un par de encuentros podrían estar en el origen del incomprensible bajón que ha sufrido su rendimiento.

Nada de esto se sospechaba sin embargo en la segunda jornada de Liga, cuando Sisto lideró el primer triunfo de domicilio del Celta en la cancha del Levante. El danés anotó un golazo "marca de la casa" y regaló otro a Maxi Gómez, permitiendo a los celestes sentenciar el encuentro.

Poco más se le ha visto en lo que va de curso. Un fuerte contraste con los números que llevaba, por ejemplo el pasado curso, a estas mismas alturas de temporada, en la que había proporcionado ya al equipo dos goles y diez asistencias, apartado que lideraba además en LaLiga. A jornada 18, había sido titular en todos los partidos con Juan Carlos Unzué.

En su primer año, con Berizzo al mando, se perdió apenas un par de compromisos ligueros y lo había jugado casi todo en la UEFA, con un balance de dos goles y dos asistencias en la competición doméstica.