Denis Suárez vive horas decisivas de cara a su futuro inmediato. El de Salceda, condenado al ostracismo por Ernesto Valverde en el Barcelona, debe tomar una decisión importante: continuar en la disciplina azulgrana o aceptar alguna de las propuestas que tiene en la mesa para encontrar lejos del Camp Nou los minutos que le han negado en los últimos años.

La historia no es nueva. Desde que llegó al Barcelona en 2016 el exjugador del Celta es uno de los nombres que suelen protagonizar el mercado en el club catalán. A Denis no le faltan pretendientes, pero el problema es que el talentoso centrocampista quiere explotar sus posibilidades de triunfar en el conjunto azulgrana. Intuye que cuando tome la decisión de salir del Barcelona esa puerta se cerrará para siempre. Y le cuesta dar el paso.

Al otro lado del teléfono esperan equipos importantes de Europa. Tanto en la Premier League como en el Nápoles. Y le mejoran las condiciones económicas que tendría en Barcelona hasta el punto de alcanzar una ficha superior a los dos millones de euros netos por temporada. Pero Denis duda mientras el club y el entrenador parecen más preocupados por mostrarle el camino de salida que por darle razones para quedarse. Seguramente el gallego estire un poco el mes de enero hasta tomar una decisión crucial para su futuro. El jugador siempre ha insistido en su deseo de triunfar en el Barcelona por encima de todas las cosas, pero esa ilusión cada vez parece más lejana. Lo mismo que el viejo deseo de los aficionados del Celta de tenerle de nuevo en casa. Sigue sin ser el momento. Lo que le ofrecen fuera está a años luz de lo que le pudiesen dar en Vigo.