Un despiste en la primera jugada del partido condenó al Celta B a la derrota ante un Burgos que se reencontró en Barreiro con la victoria después de nueve jornadas sin ganar. Los vigueses, tras el golpe recibido en la acción inicial del choque, intentaron reponerse y llevaron el peso del encuentro, pero se mostraron excesivamente fallones y sin ideas para superar a un rival bien colocado. Además, el portero burgalés, Mikel Saizar, abortó con sendas prodigiosas intervenciones las dos únicas oportunidades en las que los locales rozaron el tanto, permitiendo a los suyos hacerse con el triunfo y dejando a los pupilos de Rubén Albés a sólo tres puntos de la promoción de permanencia.

El técnico vigués apostó por el mismo once inicial que quince días antes había logrado sorprender al líder, el Fuenlabrada, en el Municipal de Barreiro. Así, hombres habituales como Rai, Pastrana o Pampín esperaban su turno en el banquillo junto al felizmente recuperado Manuel Apeh. Mientras, el juvenil José Fontán mantenía su puesto en el lateral zurdo y Álex Serrano y Dani Molina continuaban ocupando el mediocampo, con Alberto Solís, Iban Salvador y Dani Vega por delante de ellos y Dennis Eckert como referencia ofensiva.

Pero no hubo ni tiempo para ver cómo se colocaban ambos equipos sobre el terreno de juego porque en la primera acción llegó el gol que acabó por decidir el choque. Tras ponerla en juego, la pelota llegó a los pies de Mikel Saizar. El portero visitante buscó un envío largo que botó en el área céltica y sorprendió a los defensores locales. Mientras, Goti aprovechaba la circunstancia para superar a Iván Villar con un remate cruzado.

El tanto permitió al Burgos olvidar todas las dudas acumuladas en las nueve jornadas anteriores sin conseguir la victoria. Su técnico había diseñado una defensa con tres centrales y dos carrileros, que, con el refuerzo del gol conseguido, se convirtió en un muro que el filial céltico no sabía cómo superar.

Dani Vega estuvo a punto de lograrlo en el minuto 10 pero su disparo se marchó cruzado. Alende lo consiguió poco después del cuarto de hora al cabecear una falta lateral pero su remate se encontró con una extraordinaria mano abajo de Saizar para evitar el empate.

El Celta B tenía la pelota pero sin saber muy bien qué hacer con ella. La falta de movilidad ante un rival replegado y los numerosos errores en los pases permitían a los visitantes defender su gol sin excesivos apuros. Hasta que pasada la media hora Molina encontró una fisura en el entramado defensivo burgalés y colocó un preciso balón para Alende. El central sacó un disparo raso que el portero rival no pudo blocar y en el intento de hacerse con el rechace Manu Farrando acabó cometiendo falta.

La oportunidad viguesa pareció despertar a un Burgos que contestó con un lanzamiento raso desde la frontal de Adrián Cruz que Iván Villar envió a córner. El conjunto de Fernando Estévez pudo marcharse al descanso con mayor tranquilidad pero Machuca, a portería vacía, remató al lateral de la red desaprovechando una gran ocasión.

El conjunto de Albés se había librado y tenía 45 minutos más para intentar al menos rescatar un punto. Pero seguía sin encontrar la fórmula para inquietar a Saizar. El técnico vigués lo intentó primero dando entrada a Pampín por Fontán y luego sacando al campo a Apeh y a Pastrana por Salvador y Eckert.

Sin embargo, el filial céltico continuaba sin generar peligro. Su mejor baza en esta segunda parte fue una acción individual de Dani Molina, que sacó un buen disparo desde la frontal al que respondió de nuevo el portero burgalés con una sensacional estirada para desviar a córner. El resto del bagaje ofensivo local se limita a un cabezazo alto del propio Molina a punto de cumplirse el tiempo reglamentario.

Además, el partido carecía de ritmo. Los visitantes, conscientes de su delicada situación en la tabla, intentaron por todos los medios que se jugase el menor tiempo posible. Y lo consiguieron. Ni siquiera los siete minutos de prolongación concedidos por el colegiado compensaron las continuas pérdidas del equipo de Fernando Estévez.

De hecho, ese tiempo extra sólo sirvió para que el Burgos pudiese incrementar su renta en un mano a mano en el que Iván Villar le ganó la partida a Yaw Annor. Esa parada del guardameta céltico abrió la puerta a los locales a soñar con el empate en una última falta en la frontal aunque excesivamente lejana. Álex Serrano probó fortuna pero su lanzamiento se marchó fuera, esfumándose las esperanzas viguesas de sumar al menos un punto.