El Celta intenta pasar página a su eliminación de la Copa del Rey y centrarse ya exclusivamente en LaLiga, donde mañana le espera el Villarreal en el Estadio de la Cerámica (18:30 horas), un rival con más necesidad de sumar puntos que los celestes para mejorar su decimoséptima plaza en la clasificación general. Para el conjunto de Cardoso, que viene de encajar dos goles en Anoeta, la cita en tierras castellonenses, correspondiente a la decimoquinta jornada de Liga, supone una nueva oportunidad para acabar con tres meses sin ganar a domicilio y para romper una racha de dieciséis partidos encajando al menos un gol. La última vez que los célticos lograron cerrar a cal y canto su portería fue en el campo del Levante. Además, el gol de Pione Sisto le dio los tres puntos en juego.

Resulta muy complicado ganar a domicilio cuando los rivales suman una media de 2,25 goles por partido. Ese es el negativo balance que presenta el Celta como visitante en sus compromisos oficiales desde enero pasado. Desde que el 14 de enero ganase por la mínima en el Ciutat de Valencia (0-1), el equipo vigués ha disputado 16 partidos como visitante, entre Liga y Copa, y en todos ellos ha encajado al menos un gol. Acumula un total de 36 tantos en contra. De ellos, diez los recibió en dos compromisos seguidos: 6-0 en el Bernabéu y 4-1 en el Estadio de la Cerámica, al que regresa mañana por la tarde.

Con esa acusada permeabilidad de su sistema defensivo resulta difícil sumar puntos. Así, en esas dieciséis jornadas recibiendo goles en contra, el Celta arroja un balance muy negativo: 2 victorias (ante Levante y Real Sociedad), 3 empates (en el Benito Villamarín, en Mestalla y en San Mamés) y 11 derrotas (dos en Anoeta y dos en Montilivi, además de las del Bernabéu, La Cerámica, Butarque, Metropolitano, Coliseum Alfonso Pérez y Mendizorroza y Sánchez Pizjuán).

En lo que va de temporada, los célticos solamente han podido blindar su portería en tres ocasiones, todas ellas en Balaídos, frente al Atlético de Madrid (2-0), el Eibar (4-0) y el Huesca (2-0).

Los sesenta goles encajados el curso pasado en LaLiga por el equipo de Juan Carlos Unzué pesaron en la toma de decisiones del club al prescindir de los servicios del técnico navarro. Su sucesor, Antonio Mohamed, proclamó a los cuatro vientos la necesidad de cerrar cuanto antes esa sangría. La intención se quedó en palabras, pues el conjunto celeste siguió recibiendo numerosos tantos en su portería. Es más, los tres equipos que cierran la clasificación en Primera (Huesca, Rayo Vallecano y Athletic de Bilbao) son los únicos que presentan peores registros de goles en contra que el Celta después de cumplirse el primer tercio del campeonato.

Esta preocupación por la vulnerabilidad defensiva celeste la ha asumido Miguel Cardoso, quien intenta mejorar estos negativos resultados a través de imponer un mayor orden en todo el equipo, no solamente en la zaga, porque el técnico luso considera que el problema es colectivo y, por ello, todos los jugadores están obligados a contribuir a su mejora.

Después de dirigir en tres compromisos al Celta, Cardoso arroja una media de 1,3 goles en contra por partido. Entre los dos enfrentamientos con la Real Sociedad, el luso ha conseguido que su equipo acabase imbatido frente al Huesca. En el par de visitas que ha realizado a Anoeta, sin embargo, el portero céltico fue superado en cuatro ocasiones.

La negativa racha a domicilio del Celta se localiza, en su principio y en su final, hasta el momento, en un mismo escenario: Anoeta. Ante la Real Sociedad sumaron un triunfo los célticos (1-2) el 21 de enero pasado, una semana después de ganar también en casa del Levante, pero sin encajar goles (0-1). El miércoles pasado, el conjunto guipuzcoano también sentenciaba los dieciseisavos de final de la Copa del Rey con más facilidad de la esperada en un principio. Antes de cumplirse la primera media hora de juego, el conjunto txuri-urdin ganaba ya por 2-0, tras los excelentes remates a la escuadra de la portería que defendía Sergio Álvarez protagonizados por Oyarzabal y Januzaj. Entre ambos duelos, el Celta suma 16 partidos encajando goles como visitante, donde presenta su cara más amarga.