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A la guerra con un alfiler

El Celta, aseado sin más con la pelota, se despide de la Copa lastrado desde la alineación inicial por la ausencia de sus principales referentes en ataque

Hjulsager disputa un balón con Le Normand durante el partido de ayer. // LOF

Lamenta Cardoso una evidente obviedad. El Celta se ha tenido que poner a hacer la pretemporada en pleno mes de noviembre. Un lastre indiscutible. Los jugadores se ven obligados a asimilar una serie de conceptos nuevos en un terreno inesperado: en partidos oficiales y no en pachangas jugadas durante el mes de agosto que es el momento en el que se siembra para recoger durante los meses siguientes. Por eso era especialmente importante seguir adelante en la Copa del Rey, para acumular fechas y partidos que ayuden a dar forma a las intenciones del nuevo entrenador. Pero de golpe ha liberado parte de la agenda del mes de enero. A Cardoso no le gustará que le digan que ha tirado la Copa del Rey, pero lo que hizo ayer se le pareció mucho. El once inicial tuvo mucho que ver con lo sucedido luego en el campo.

maxi-iago aspas

El Celta se fue a la guerra con un alfiler. El técnico, decidido a priorizar de forma evidente el partido del sábado en Villarreal, dejó en el banquillo a Maxi Gómez y a Iago Aspas. Es como si un tiburón sale de caza sin dientes. En esas condiciones el Celta puede dar pequeños picotazos, pero no alcanzar el nivel de pegada que se exige en el fútbol de este nivel. Mientras el Celta revoloteaba por el campo y lanzaba pequeños e inofensivos bocados, la Real Sociedad le golpeó con toda la contundencia. Dos directos al mentón, dos remates brutales de Oyarzabal y de Januzaj que dejaron a los vigueses en la lona. Hubo diferencia en la efectividad porque la hubo a la hora de elegir a los integrantes de la alineación. Cardoso dejó en el banquillo casi toda su munición; Garitano no se guardó nada. Y al final eso es lo que decidió la eliminatoria. Al Celta le quedó el "consuelo" de que plantó cara, que no fue peor que la Real Sociedad, que incluso manejó el partido en muchos momentos, pero perdió entre otras cosas por su falta de peso en el área rival y eso fue decisión de su entrenador que cuando se acordó de Maxi y de Iago Aspas ya era demasiado tarde para recuperar el aliento.

Tres centrales

Cardoso recuperó ayer a los tres centrales que tanta controversia habían creado durante el tiempo de su antecesor en el cargo. El técnico echó mano de Cabral, Roncaglia y Junior para el centro y dejó en los costados a Kevin y Mazan. No se puede decir que lo hiciesen demasiado mal, incluso sacaron el balón con cierta facilidad, fueron contundentes y en los goles solo se le puede reprochar que le concediesen más tiempo de lo recomendable a Januzaj para que armase el disparo. El problema de Kevin y de Mazan es que sus intenciones de profundizar se quedaron en eso. Ninguno de los dos pudo aportar en ataque lo que pedía el dibujo del Celta, obligado a atacar por esos costados que Cardoso había liberado para ellos y por donde llegaron con relativa frecuencia. Desde ese sector apenas llegó un centro en condiciones. Es cierto que no es lo mismo ponerle un balón a Maxi (que cabecea una hormigonera) o a Iago Aspas que a Pione Sisto (reconvertido por momentos en un extraño nueve), pero tampoco surgió desde los costados nada que hiciese albergar esperanzas.

emre mor

Es un chico que ocasionalmente deja uno o dos detalles que te anuncian lo que podría ser si fuese capaz de poner todo en su sitio. Ayer protagonizó una jugada deslumbrante por la derecha en la que dejó tirados a tres defensas y no acertó a la hora de poner el centro atrás con el exterior. Tuvo buena actitud (como todos los que ayer pisaron Anoeta) pero le falta constancia en sus apariciones y tal vez un día luminoso que le haga creer de forma decidida en su enorme potencial.

Pione sisto

Era un día importante para Pione Sisto que vive una crisis existencial. Y lo peor es que no se ve salida al agujero en el que está metido. Ayer volvió a dar la versión habitual del jugador que retiene en exceso el balón y gira sin sentido sobre su eje. Le falta tomar decisiones de otro modo. Antes había algo en él que le hacía diferente, que le llevaba a improvisar, a atreverse. Ahora parece que el balón y la ropa le pesan en exceso. Hace bien Cardoso en tratar de recuperarle, pero el paciente no mejora.

el mismo dibujo

Cardoso se mantuvo fiel al esquema de los tres centrales pese a que el partido se puso cuesta arriba muy pronto y que aquello era una contrarreloj para tratar de apurra sus opciones. Pese a que la Real le dio metros y no se inquietó por la posesión estéril de los vigueses, el técnico no renunció al dibujo con el que empezó el partido. Sobraban defensas para defender a tan poca gente. Ni a la hora de tomar todos los riesgos del mundo el técnico renunció a esa idea. Algo difícil de entender porque el Celta tampoco había hecho demasiado daño con esa solución. La Real defendía bien los envíos desde los costados y cerraba bien por dentro.

el panorama

Un torneo menos, una decepción más, las dudas en el ambiente y un puñado de jugadores que han visto que su temporada se ha terminado ayer porque difícilmente encontrarán minutos en lo que resta de temporada. Y el sábado, a continuar con esta pretemporada.

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