El Celta Zorka recuperó ayer la jornada que tenía pendiente de disputar tras las "ventanas FIBA", y lo hizo de forma contundente ante un ADBA Avilés que nada pudo hacer para frenar a las viguesas. Con este triunfo, el equipo entrenado por Cristina Cantero recupera el liderato del grupo, manteniendo una victoria de ventaja sobre el segundo clasificado, el Osés Construcción Ardoi, al que doblegó de forma clara el pasado fin de semana.

Con esta victoria, las viguesas igualan el récord de la temporada pasada, en la que sumaron nueve victorias consecutivas. Una marca que el Celta Zorka puede superar el próximo sábado en el pabellón de Navia, siempre y cuando logre la victoria ante el Añares Rioja ISB, en un partido que comenzará a las 18.30 horas.

El partido de ayer fue cómodo, a pesar del susto que dieron las asturianas en los primeros diez minutos de juego. Las célticas eran muy superiores bajo los tableros, lo que les permitió abrir una pequeña brecha en el marcador y dominar el marcador por ocho puntos a tres minutos para la conclusión del primer cuarto, 7-15.

Cantero le dio descanso a varias titulares, haciendo un triple cambio con la entrada en pista de Raque Carrera, Tamara Montero y Lacorzana. El cambio no le sentó demasiado bien al equipo, ya que las asturianas consiguieron recortar las diferencias y finalizaron el cuarto tres punto abajo en el marcador.

Cantero aprovechó el descanso entre tiempos para reorganizar al equipo y volver a centrarlo, y fue el comienzo del fin del partido. Las viguesas logran un parcial de 1-7 que rompió el duelo. Las asturianas comenzaron a tener serios problemas para jugar interior, por lo que todos sus esfuerzos se centraban en lanzamientos exteriores para intentar ver un poco de aro, aunque no lo lograron ya que finalizaron el partido con un 22% de acierto en tiros de dos puntos. Al final del cuarto, el Celta Zorka ganaba por once puntos, 26-37, y y todo comenzaba a estar visto para sentencia.

Tras el paso por el vestuario el conjunto vigués fue un ciclón. El equipo cerró la defensa y recuperaba numerosos balones que le permitían salir con mucho velocidad a la contra. Poco a poco las diferencias fueron aumentando, sobre todo con la movilidad de Motley y el poder bajo los tableros de Edeferioka. Al final del tercer cuarto, el equipo vigués vencía por veintisiete puntos de diferencia, con lo que todo quedaba visto para sentencia.

En los diez minutos finales, el equipo céltico no bajó el listón y continuó apretando. Una defensa fuerte e intensa, y velocidad a la contra, permitieron aumentar paulatinamente la ventaja hasta los cuarenta puntos de ventaja al final del encuentro. Misión cumplida en esta doble salida del equipo, que disputó dos partidos en tres días, con un saldo altamente positivo con dos claras victorias.