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La rebelión de la memoria

El Tigre Padrón, de 85 años, presenta su documental sobre la historia del Celta de 1923 a 1963, en un empeño quijotesco ante el poco interés del club y las administraciones - Ha localizado a siete de los otros ocho celestes vivos de mayor edad

Moncho Allegue, el Tigre Padrón para el siglo, se abriga bien y sale a la calle. Su voluntad se impone al óxido de sus piernas, que acumulan 85 años de vida y las viejas cicatrices del fútbol profesional. Padrón recorre comercios y bares pegando carteles que anuncian que el sábado presenta en Los Escudos su documental "El fútbol por dentro". Tres horas de material, mucho de él propio, sobre los cuarenta primeros años de la historia del Celta. Padrón, guionista, director, narrador, productor y publicitario de la obra, también uno de sus muchos protagonistas, se ha embarcado en una batalla contra la desmemoria. La indiferencia de las administraciones y del club no le han frenado. Jamás desmaya su rebeldía.

Padrón, portero del primer equipo céltico entre 1954 y 1962, también del Deportivo en las cuatro temporadas posteriores, siempre tuvo vocación de cineasta. Con su primer sueldo de futbolista profesional se compró un tomavistas de 8 milímetros. Su archivo personal guarda joyas. "El fútbol por dentro" es en cierto modo una obra que ha estado confeccionando durante toda su vida. La concluyó hace dos años. Ahora se dispone al parto público.

Padrón distingue cinco generaciones de futbolistas en esas cuatro primeras décadas de existencia del club. Sigue recordando todas las alineaciones como cuando era niño y las recitaba de carrerilla, como los reyes godos. Él pertenece a la quinta, la que conformó aquel "matagigantes" capaz de batir al Real Madrid de Di Stéfano. Quiere encontrar a los jugadores de la época que queden vivos, los célticos más longevos. Llama al Concello. No quiere dinero, sino asistencia con la investigación. Pregunta por el alcalde. Una secretaria le invita a rellenar formularios.

- Yo ya no estoy para papeleos. Dígale que me conoce, que una vez me estuvo haciendo chistes en Bouzas.

Pasan dos semanas sin respuesta. Padrón prueba otra vía. Conoce a Isaac Maceiras, político popular que fue alcalde de su Pobra natal. Le pide que le explique el caso a Feijóo. Justo ese día llaman desde el Concello, sin mucha concreción.

- Gracias, ya he solucionado el problema-, contesta.

Pero tampoco la Xunta le ayuda. Lo mandan a la sede de Concepción Arenal, le prometen vagas gestiones y un día la informan: "Están todos muertos".

Pero no lo están. Él lo sabe bien y emprende sus propias pesquisas. A los que residen en Vigo los tiene controlados. Habla con Hidalgo, que tiene 99 años y está "algo sordo". También con Albino (81), que vive en Fragoso. En Vilagarcía, por mediación de un sobrino, localiza a Manolín (82), que era su suplente. Y un amigo común lo pone en contacto con el herculino Torres (84). Igualmente en A Coruña habita Moll (91).

No se frena Padrón. Habla también por teléfono con Gausí (91), que está en Lérida. Y la asistenta del hogar, hija de brasileños, le ayuda con las gestiones para localizar en Sao Paulo a Braga (88). Solo se le ha escapado Pazos, aunque sabe situarlo en Elche. "Me queda pena no haber dado con él", se lamenta. Padrón hubiera querido enseñarles a todos su documental. Los cinco exjugadores que viven en Galicia pensaban asistir a la presentación. Solo lo harán los vigueses porque a Padrón no le alcanzan sus medios.

Habla también con familiares de otras leyendas célticas, como uno de los hijos de Polo. "Se emocionó al pensar que lo llamaban desde el Celta. Esa gente se merece el cariño y el respeto del club. Le dije que yo había estado a las órdenes de su padre, que después de jugador fue gerente, cuando Ramiro Valenzuela se retiró".

Al Celta le afea precisamente el desinterés por la historia que lo conforma. Padrón ha enviado cartas a Abel Caballero y Núñez Feijóo, entre otros, explicando su proyecto e invitándolos a la presentación; también al presidente celeste, Carlos Mouriño. Ninguno ha contestado. Pero Atilano Vecino, relaciones públicas del club, ha llamado dos veces. Debaten una cita. Padrón aclara: "No quiero homenajes ni invitaciones al palco. Quiero que me ayuden a difundir el documental".

Moncho Padrón ha editado cien copias, en formato de doble DVD. Lo ha pagado todo de su propio bolsillo, igual que los carteles o el alquiler del salón de Los Escudos. Al Celta le ofrece su obra para que disponga de ella: "Pueden tenerla en sus tiendas, regalársela a los abonados...", propone.

Intuye el exportero que no encontrará aliados institucionales en su misión. No se derrumba. Mientras pega carteles se le acercan conocidos y alguno quiere comprarle el DVD. Cada palabra de ánimo le recarga la energía. Exclama: "El Concello me ha cerrado la puerta, la Xunta no me ayuda y el club... No conocen Vigo, no conocen a la afición, no conocen su grandeza".

"La historia no va a terminar con esta presentación", advierte Padrón. "Quiero mostrar el documental en cada pueblo donde haya nacido alguien que haya vestido la camiseta del Celta". Como primer destino ha escogido Gondomar, cuna de Hermida I, Hermida II, Hermidita, Nolete y Alvarito. Ha remitido una carta al alcalde, Paco Ferreira. Espera respuesta.

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