Miguel Cardoso se convirtió ayer en el primer entrenador portugués del Celta en los más de 95 años de historia del club vigués. El preparador luso celebró tan anómala circunstancia y confesó que al reto profesional que supone asumir la dirección del banquillo de Balaídos se añade el componente emocional de dirigir a un equipo de una ciudad con la que guarda una estrecha vinculación desde su infancia.

"Para mí estar en Galicia es como estar en casa. Es muy cerca. Recuerdo de ser pequeño, de venir con mis padres para hacer compras. Venir aquí por el bacalao, por el arroz, por los bombones y pasar por el puente y parar para que la policía viera lo que teníamos", rememoró el nuevo preparador céltico, que añadió: "Ya de adolescente, he venido muchas veces de copas aquí. Ahora no es fácil, tampoco hay la misma voluntad y hay que cuidar más de nosotros. Es un vínculo importante. Me ha dado mucho a mí también".

En el aspecto puramente profesional, Cardoso espera que su paso por el banquillo celeste sea duradero y suponga un punto de inflexión en su carrera. "[Fichar por el Celta] Seguro que es un punto alto de mi carrera. Pase lo pase, me gustaría que esto sea lo más duradero posible. Será un pasaje dorado en mi carrera. Estamos hablando de un club histórico, de una liga que es llamada como la mejor del mundo, el top 5 europeo. Es un reto muy importante", aseguró.

Cardoso, que durante mes y medio trabajó para el Deportivo como segundo de Domingos Paciencia, pasó de puntillas sobre su etapa en el cuadro herculino. "Mi camino ha tenido muchas paradas y la del Deportivo fue breve. Es una parada con otro entrenador. Yo tengo mi camino ahora y las personas van a comprender lo que es Miguel", destacó Cardoso, que se mostró convencido de que va a contar con el favor de la afición celeste. "Espero tener una buena conexión con los adeptos. Tengo una gran voluntad de que el equipo refleje los valores del club. Si el equipo pone estos valores sobre el campo la conexión va a ser estrecha", pronosticó.

Tras eludir hablar del reciente interés del Sporting de Portugal por hacerse con sus servicios, Cardoso se reconoció deudor de José Mourinho, el más mediático de los entrenadores portugueses, con quien coincidió brevemente en el Oporto. "Ojalá llegase a tener un día su palmarés. Para mí es una referencia", subrayó. "Tuve oportunidad de cruzarme con él cuando estaba en Oporto y yo trabajaba en el filial. Fue un gran privilegio", añadió Cardoso, que remachó: "Mourinho ha marcado un espacio para los entrenadores portugueses en el fútbol europeo".

Miguel Cardoso no quiso ahondar, por otra parte, en su negativa experiencia en el Nantes, del que fue despedido tras solo ocho jornadas esta misma temporada. "Es momento de mirar hacia delante, no de lo que viene detrás. Todos los caminos de la vida te pueden dar cosas buenas y creo que he hecho cosas buenas. Se estoy aquí es por el camino que hice", proclamó el nuevo técnico que se mostró respetuoso con el trabajo de su antecesor en el banquillo céltico.