Iago Aspas es desde hace tiempo leyenda viva del celtismo. El máximo artillero celeste en las últimas cinco temporadas y ganador de las dos últimas ediciones del Trofeo Zarra forjó su mito como futbolista del filial evitando el descenso (y acaso la desaparición del club) del Celta a Segunda B con dos providenciales goles al Alavés, propició el regreso a Primera División tras un lustro funesto y colaboró decisivamente en la milagrosa salvación del equipo celeste antes de firmar por el Liverpool dejando nueve millones de euros en caja.

Estos tres logros le habrían bastado por mismos para ganarse un puesto de privilegio en los anales del celtismo, obviando el hecho de que su mejor rendimiento, sus mejores goles y la máxima expresión de su incomparable genio han llegado en el último lustro, después de que el Celta lo repescase por sorpresa tras un discreto periplo en el Liverpool y el Sevilla.

De regreso en el club de sus amores, tras no acomodarse a la Premier League y tener escaso protagonismo bajo el mando de Unai Emery en Nervión, el internacional moañés ha alimentado su leyenda a golpe de puro genio, superando año a año su mejor rendimiento con goles de toda condición que han encandilado al mundo por su variedad de registros técnicos, fiabilidad y belleza.

Desde su regreso a Balaídos, primero con Nolito y Orellana y luego escoltado por Maxi Gómez, Aspas ha ido devorando récords hasta convertirse en el jugador más importante de la historia del club. Solo el gran Alexander Mostovoi, en tiempos recientes, y el mítico José Manuel Hermida, Hermidita, el legendario goleador de la era dorada del club podrían, si cabe, disputarle tal privilegio.

El gondomareño, que lideró el gol celeste durante una década entre mediados de los años cuarenta y mitad de los cincuenta del pasado siglo, ostenta todavía la condición de máximo goleador histórico del Celta en Primera División, con 101 dianas. A estas se añaden otros 3 goles en la temporada de su debut en Segunda (1944-45) y 3 más anotados en la promoción de permanencia en el curso 1952-53.

Hace ya algún tiempo que Iago Aspas ha superado a Hermidita en números globales con el Celta, aunque para conseguirlo el talento morracense ha necesitado más competiciones y partidos que en su momento el mito gondomareño. Con el triplete anotado el sábado al Eibar, el internacional moañés apila con la zamarra celeste 125 goles: 75 en Primera, 34 Segunda División, 11 en Copa del Rey y 5 en la UEFA Europa League.

Los 75 tantos de Aspas en la máxima categoría están todavía algo lejos de los 101 marcados por Hermidita, pero a sus 31 años el moañés parece lejos de haber alcanzado su techo futbolístico y tiene por delante tiempo más que suficiente para superarlo. A su actual ritmo de anotación, le bastaría con un par de temporadas para conseguirlo.

Basta con echar un vistazo a sus números para constatar que Aspas se ha especializado en superarse a sí mismo. Cada temporada su cifra de goles con el Celta aumenta: 12 en el curso 2012-13; 14 en la temporada 2015-16, 19 en la campaña 2016-17 y 22, su guarismo más alto hasta la fecha, el pasado ejercicio.

La pasada temporada el internacional celeste se quedó a un solo gol de igualar el récord de otro delantero legendario, el vigués Mauro Rodríguez, quien desde la temporada 1955-56 ostenta, con 23 goles, la condición de máximo goleador del Celta en un mismo ejercicio. Aquel histórico curso el goleador celeste se quedó a un solo tanto de conseguir el Trofeo Pichichi, instituido dos años antes por el Diario Marca para premiar al máximo goleador de la Liga española, y que aquel año se llevó, con polémica por un gol fantasma, el madridista Alfredo Di Stefano

Un indicio prometedor que lleva a pensar que Aspas podría superar esta temporada el registro histórico de 23 goles en Liga de Mauro es que el ritmo de anotación del goleador moañés es considerablemente mayor este curso que el pasado.

A estas alturas de competición, el delantero celeste sumaba 4 tantos, la mitad de los que adornan actualmente su casillero. El pasado curso, de hecho, Aspas no se estrenó como goleador hasta la octava jornada, con un triplete en el Estadio de Gran Canaria frente a la UD Las Palmas. Lo hizo curiosamente, como el pasado sábado frente al Eibar , jugando en la posición de "nueve" por ausencia de Maxi Gómez. Dos partidos después, en la décima jornada, su tanto al Málaga no bastó al Celta para impedir salir derrotado de La Rosaleda (2-1).

Este curso el Iago Aspas suma ya ocho tantos: uno al Atlético de Madrid, Girona y Valencia, dos al Valladolid y tres este pasado sábado al Eibar que lo han catapultado a la primera plaza de tabla de goleadores en la Liga junto al uruguayo del Girona Cristian Stuani.