El Celta regresa hoy a los entrenamientos en A Madroa (10:30 horas, puerta abierta) con Antonio Mohamed al frente del equipo celeste, a pesar de las vacilaciones del técnico sobre su continuidad en el cargo nada más finalizar el partido contra el Alavés con una nueva decepción. Al argentino se le presenta otra oportunidad, el sábado frente al Eibar (Balaídos, 18:30 horas), para intentar enderezar el rumbo de un conjunto que encadena seis jornadas de Liga sin ganar y que se muestra desnortado en el juego. Mohamed podrá preparar con relativa tranquilidad la visita a Vigo del cuadro eibarrés durante cinco sesiones de trabajo, aunque en principio no podrá contar con los lesionados Maxi Gómez y Mathias Jensen, pero recuperará a Néstor Araújo después de que el mexicano cumpliese el partido de sanción por la expulsión en Sevilla.

El club parece haber actuado con prudencia ante la crisis de resultados del equipo de Mohamed y las protestas con las que el técnico fue despedido por la afición al concluir el partido contra el Alavés. Así, la plantilla se reencontrará hoy con el preparador argentino después de disfrutar de dos jornadas de descanso. Tras el primer tropiezo en Balaídos en los últimos diez meses, fue el propio entrenador quien primero dudó de su continuidad: "Espero dirigir el lunes el entrenamiento para preparar el siguiente partido con la misma ilusión que he preparado éste", dijo el entrenador del Celta al comparecer en la sala de prensa de Balaídos. Esa noche, Mouriño, sus consejeros y el director general del club decidieron aplazar cualquier decisión sobre el entrenador, al que los jugadores también respaldan en público. No obstante, la situación deportiva será analizada por parte del consejo de administración en la reunión que celebrará este miércoles en A Sede aunque no se espera ninguna decisión de calado en esa reunión.

Tras la derrota del viernes, Mohamed admitió que los compromisos de los internacionales impidieron preparar a conciencia el partido contra el Alavés, pues jugadores como Lobotka, Sisto y Júnior Alonso solo pudieron entrenar la víspera del compromiso liguero. Además, el virus FIFA dejó al Celta sin Maxi Gómez, lesionado en un amistoso con Uruguay.

Las críticas a Mohamed, sin embargo, no se orientan tanto a los resultados como a la gestión de los recursos, sus planteamientos tácticos y los errores en la lectura de los partidos al buscar soluciones en el banquillo que a los resultados. De hecho, Balaídos despidió al técnico con el mismo enfado tras el empate ante el Getafe que en la derrota frente al Alavés al no convencer el juego ni las sustituciones realizadas.

Una vez finalizado el partido del viernes, Mohamed insistió en defender su plan para un Celta al que llegó a considerar en pretemporada como candidato al título de Liga. "Vamos a seguir insistiendo en lo que estamos haciendo. Lo que depende de mí lo voy a hacer al cien por cien hasta el final. Tengo 15 años de experiencia en esto", señaló en su defensa el argentino tras el último tropiezo en Balaídos.

No obstante, el crédito de club y afición hacia el técnico parece limitado y solamente un triunfo ante el Eibar ampliaría el margen de maniobra para intentar reflotar un proyecto en el que se invirtieron 26 millones de euros en refuerzos durante el pasado verano.

Mientras tanto, la dirección deportiva gana una semana para preparar un posible relevo de entrenador. El presidente Mouriño no destituye a un técnico del primer equipo en plena temporada desde hace cinco años, cuando prescindió de Paco Herrera en la recta final del campeonato ante el peligro de que el equipo perdiese la máxima categoría que había recuperado en la primavera de 2012. Cuando se cumplen nueve jornadas de esta Liga, el equipo vigués se encuentra en la parte baja de la clasificación, con 10 puntos, a dos de los puestos de descenso. Antonio Mohamed inicia la preparación del partido ante el Eibar. Tal vez su última oportunidad.