Un magistral lanzamiento de falta de Vinicius en el minuto 82, instantes antes de ver la segunda tarjeta amarilla y ser expulsado por simular un penalti, privó al Celta B de romper su racha de cuatro partidos consecutivos sin conseguir la victoria. Antes, en la primera mitad, un gran gol de Pastrana al aprovechar una sensacional acción individual de un inspiradísimo Aarón Rey había permitido a los vigueses poner punto final a más de trescientos minutos sin marcar. Después del empate y tras unos instantes de dudas, la expulsión de Vinicius, que ya había tenido un enfrentamiento previo con el público de Barreiro por la forma de celebrar su gol, dio alas a un conjunto de Rubén Albés que dispuso incluso de tres buenas oportunidades en el tiempo de prolongación para haberse quedado con los tres puntos.

El filial céltico llevaba tres partidos echando mucho de menos a sus dos principales referencias ofensivas. En esta ocasión, para medirse a un Castilla que todavía no conoce la derrota en este inicio de campaña, Rubén Albés optó por colocar a Ibán Salvador como hombre más adelantado y por detrás una línea de tres con Pastrana en la derecha, Jacobo en la izquierda y Aarón Rey con total libertad para aparecer dónde quisiera.

Aarón aceptó de buen grado el reto y, en un encuentro en el que el flamante fichaje de los 40 millones de euros del Real Madrid, el brasileño Vinicius, estaba llamado a ser el protagonista, fue él quien acabó acaparando todos los focos por lo mostrado sobre el césped. Su exhibición de controles, regates y pases fue espectacular, provocando en innumerables ocasiones las exclamaciones de asombro en la grada de Barreiro. La magia, la samba, la puso Aarón.

Pronto quedó muy claro que el jugador vigués estaba inspirado. Su primer control y su primer regate ya fueron sendas obras de arte. A su ritmo, el Celta B controló la primera parte ante un Castilla bien replegado pero que apenas mostró el teórico potencial que se le supone en ataque. Así, poco después del cuarto de hora, los locales dieron su primer aviso serio. Fue un tremendo zurdazo de Pastrana al que respondió con una sensacional estirada Luca Zidane para despejar a córner.

Apenas un par de minutos después fue Ibán Salvador el que penetró por banda derecha para poner un balón al punto de penalti para la llegada de Pampín. Sin embargo, con el meta madrileño muy encima, el lateral zurdo céltico no pudo precisar su remate y lo estrelló en el cuerpo de Luca Zidane. El rechace acabó en los pies de Jacobo, que, en buena posición, disparó excesivamente alto.

La primera y única acción digna de mención de los visitantes en toda la primera parte llegó a la media hora de juego. Fue un balón largo en el que Vinicius aprovechó el error en la salida de Iván Villar para superarle con un sombrero pero su posterior remate de cabeza se marchó fuera.

Mientras, Aarón seguía a lo suyo y a siete minutos del descanso se inventó una genialidad en el área madrileña para acabar poniendo un balón cerca del punto de penalti que Pastrana, con un gran control y un mejor disparo, convirtió en el 1-0.

Precisamente, nada más volver al campo después del intermedio pudo el Celta B dar un nuevo golpe al encuentro. Rai recuperó un balón en zona peligrosa y avanzó escorado hacia la parte izquierda para acabar finalizando la acción con un disparo cruzado que acabó fuera por muy poco.

Después de ese susto inicial, el Real Madrid Castilla empezó poco a poco a hacerse con el control del partido, aunque más por sensaciones que por juego real ya que los visitantes continuaban sin inquietar la meta defendida por Iván Villar. De hecho, hasta casi la media hora de esta segunda parte no firmaron otro acercamiento reseñable.

Mientras, el Celta B pudo sentenciar en un error de la defensa madrileña que dejó el balón muerto a Alberto Solís. Pero este evidenció que no tiene alma de delantero y optó por ceder la pelota a la llegada de Pastrana que buscó el 2-0 con un buen tiro raso al que respondió también con seguridad Luca Zidane.

No llegó esa sentencia y, poco después, fue Vinicius el que no perdonó en otra falta en la frontal del área céltica. El brasileño confirmó la calidad que se le presupone con un lanzamiento perfecto ante el que nada pudo hacer Iván Villar. Pero todo lo que hizo después de ese gol sobró. En lo meramente deportivo, el tanto conseguido pareció despertar la mejor versión del crack brasileño, mucho más activo y participativo. Pero Vinicius se activó demasiado y acabó simulando una falta que le supuso ver la segunda tarjeta amarilla y marcharse a la ducha con cinco minutos aún por jugar.

Con un jugador más, el Celta B hizo todo lo posible para conseguir un segundo gol que le diera el triunfo y rompiese su racha de cuatro jornadas ya sin ganar. Jacobo lo intentó primero con un disparo excesivamente alto. Poco después ponía un buen centro que Dani Molina cabeceaba fuera. Y, en la última acción del choque, fue Pampín el que, también de cabeza, enviaba muy cerca del poste de la portería de Luca Zidane un medido servicio de Rai.