"En diez años veo al Celta fuera de Balaídos". Con estas contundentes palabras se refirió ayer Carlos Mouriño al conflicto que el club celeste mantiene desde hace meses con el Concello por la remodelación del estadio celeste y el proyecto, impugnado por el consistorio, de la ciudad deportiva de Mos.

El presidente del Celta relató que las diferencias con el ayuntamiento se han incrementado en los últimos meses y volvió a culpar al alcalde, Abel Caballero, de la negativa del club a firmar el convenio para la concesión del estadio por los próximos 50 años. Mouriño denunció, asimismo, deficiencias eléctricas y de iluminación en la instalación que podrían suponer al club un castigo de LaLiga.

"La incontinencia verbal del alcalde nos quiere llevar a un juego político en el que no queremos entrar", dijo Mouriño. El presidente relató que la relación con el Concello es completamente inexistente y la comunicación con el alcalde, nula. "No puedo descartar llevarme el estadio a otra parte", apuntó el mandatario, que culpó al consistorio de la ruptura del acuerdo por el convenio del estadio y dudó que la situación pueda reconducirse. "Al haber sido violado el acuerdo en que nos comprometíamos a jugar durante 50 años en Balaídos no tengo muchas esperanzas de que consigamos ninguno", admitió. "Si tomo la decisión de salir de Vigo me costaría, lo sentiría, pero antepondría los intereses del Celta y si la tengo que tomar, lo haré", afirmó.

El presidente del Celta denunció asimismo una serie de deficiencias en la iluminación del estadio que pueden reportar graves problemas al equipo. Mouriño relató que una auditoría de LaLiga señala defectos de iluminación en las instalación (que cuenta con 1.500 watios de potencia en lugar de los 2.200 exigidos) y aseguró -aunque no tiene ninguna notificación del organismo que preside Javier Tebas en este sentido- que este problema podría acarrear el cierre del campo o la pérdida de puntos en el campeonato.

Carlos Mouriño no descartó "judicializar" el conflicto y que termine en los juzgados por el convenio que el Concello prevé suscribir con la Zona Franca para la remodelación del estadio. "El convenio con la Zona Franca puede acabar en los juzgados. Están pasando cosas raras", dijo. Sin embargo, al pedirle que concretase qué irregularidades se estaban cometiendo, el mandatario céltico se mostró ambiguo. "Por ahora solo hemos oído rumores", se limitó a señalar.

El presidente celeste expresó por otra parte su optimismo en torno a la nueva ciudad deportiva que el club proyecta construir en Mos, tanto en los que respecta a la fase de Pereiras, ya en marcha, como a la segunda fase, que contempla un área comercial, que se planea edificar en Tameiga.

Mouriño explicó que se le ha presentado una oferta a los comuneros de esta parroquia en la que se garantiza "que no perderán" monte. Tal oferta consiste en una permuta de 180.00 metros de monte por más del doble que cree que será aceptada. El mandatario garantizó asimismo que el suministro de aguas en la zona estaría garantizado.

Críticas del PP al alcalde

Por otra parte, la portavoz del PP de Vigo, Elena Muñoz, acusó al alcalde de estar "jugando con la paciencia y el futuro" del Celta, y con ello provocar que Carlos Mouriño vuelva a plantearse la posibilidad de que el equipo deje de jugar sus partidos como local en Balaídos. Muñoz calificó de "extraordinariamente preocupante" que el Celta se vuelva a plantear "algo que parecía superado", la posibilidad de marcharse de Vigo.

Ha señalado al alcalde por el "incumplimiento flagrante" de su "palabra" respecto a la concesión de Balaídos, sobre la cual "lleva tres estudios, le encantan los estudios", pero al final "no hay nada sobre la mesa", dijo. "Se está jugando con la paciencia y el futuro del Celta", denunció Muñoz que exigió "que pare esta situación de forma inmediata", y que "anteponga los intereses de los vigueses" a las "peleas permanentes contra todo el mundo".

La lideresa popular abundó en que la ciudad deportiva del Celta "no se hará en Vigo porque el alcalde lo echó", al cerrarle al club "todas las puertas" y consideró "inaudito" el problema con la iluminación del estadio de Balaídos.