José Luis Álvarez-Ossorio no ha sido el único celtista en el Hospital Universitario Puerta del Mar; ni siquiera el más exótico. Su militancia se justifica por herencia familiar y nacimiento. La de Leopoldo Martín, canario que durante treinta años dirigió el servicio de aparato digestivo en el centro hospitalario gaditano, fue por sortilegio, milagro o maravilla.

El caso es que esa devoción céltica ha unido a Álvarez-Ossorio y Martín, que han asistido juntos a partidos en Balaídos pero también a alguno fuera, como aquel de Champions en el Amsterdam Arena cuando Lotina dirigía al equipo.

"Lo de Leopoldo es muy peculiar", admite Álvarez-Ossorio sobre su amigo. "Siempre me ha hecho gracia que un canario de La Palma afincado en Cádiz fuese tan del Celta. De hecho, él siempre ha dicho que la mayor ilusión que tenía era llegar a ser presidente del Celta; no jefe de servicio de no sé dónde, sino ser presidente del Celta".

No es el Celta su único vínculo. Hace años, cuando Álvarez-Ossorio todavía residía en Sevilla, Leopoldo Martín fue el médico de su madre. Hace algunos años fue en cambio él quien se encargó del trasplante de riñón de Martín.