Iago Aspas, la rebeldía encarnada en jugador, "vive sin permiso". El moañés, su mención con peso argumental, irrumpirá en el tercer capítulo de la serie que está emitiendo Telecinco. Lo ha decidido Antonio Hernández Centeno, uno de lo guionistas, que es en sí un relato: jienense que reside en Madrid, celtista gracias al amor y a pesar del desamor, su condena y su regalo.

Hernández Centeno, natural de Martos, licenciado en Comunicación Audiovisual por la Complutense, también dramaturgo, ya incluía en su currículo televisivo las tramas de "Al salir de clase", "No estás sola", "Días sin Luz" o los biopics "Paquirri", "Mi Gitana", "La Duquesa"... En Madrid residía tranquilo, ajeno a lo celeste. "Yo soy muy futbolero desde niño y el fútbol tiene mucho que ver con lo emocional", proclama. "Nunca he sido del Jaén porque ni he ido al campo. Era del Barça de toda la vida".

En esa vehemencia lo íntimo precede al juego. "Conozco a una persona, me traslado a vivir a Galicia y esa persona es celtarra a tope. De tanto ir a Balaídos una vez tras otra me hago del Celta. Y ahora lo soy sin remedio. Muchas veces el amor por el fútbol tiene que ver con las emociones que creas con un entorno, sin duda".

Su mudanza a Vigo se produce justo en el proceso de que el equipo regrese a Primera División, en la temporada 2011-2012, con el caudal de pasión que comporta. "Y encima veo que el concepto de fútbol del Celta corresponde con el concepto de fútbol que a mí me gusta, que es el del toque. Todo esto hace que yo me haga del Celta", argumenta.

Hernández Centeno estará seis años a saltos entre Vigo y Madrid; los últimos, ya después de que se haya roto esa relación sentimental que modificó su itinerario. En el reparto que comporta toda ruptura no se le arrebata el celtismo. Le quedará eternamente como recordatorio y consecuencia. "Si esa conexión entre emoción y fútbol se produce y te acerca a un equipo, ya se te queda para siempre. Yo ahora mismo no concibo mi vida sin el Celta, no sé por qué. Llegar al entorno de Balaídos, a La Cabaña, donde están los bares? A lo mejor hubo algún antepasado mío por ahí, no lo sé, pero tengo una vinculación con esos lugares que me hace emocionarme, igual que cuando oigo a la gente cantar o veo el estadio. Y cada vez que voy me emociono más".

Porque Hernández Centeno ya no reside en Galicia pero regresa con frecuencia. "Yo he rehecho mi vida emocionalmente, pero el Celta y Vigo siguen estando ahí. Intento ir cuatro veces al año a Balaídos y voy a verlo cada vez que viene a Madrid. Estoy contento de que el Rayo haya subido. Serán cinco visitas. Y si puedo ir al Valladolid, también".

La vinculación se mantiene a través de su militancia en Terra Celeste. Activo en las redes sociales, un integrante de la peña, Sonia, lo descubrió durante la época de Berizzo, de quien Hernández Centeno se declara devoto, y lo enroló en el colectivo. "Terra Celeste es ahora mismo mi conexión con Vigo", confirma. "Esta gente me hace tener muy cercano todo lo relativo al Celta". Agradece especialmente cómo la presidenta del colectivo, Reyes Álvarez, teje la urdimbre cotidiana del clan. "Gracias al chat recibo todos los días noticias del Celta, lo que para mí es muy importante. Reyes me encanta. Está pendiente de ti, de cómo estás, qué haces, te manda las alineaciones...".

Aunque llegase de forma tardía, el celtismo le ha resultado instructivo. Ya que exculé, sus ojos se han abierto a otra realidad: "Te das cuenta de que la Liga empieza a partir del número tres y es mucho más interesante. A mí ahora no me interesan nada Real Madrid y Barcelona, incluso el Atlético de Madrid. Me gustan más esos equipos modestos que juegan para su ciudad y desde su ciudad. Eso también se lo debo al Celta".

Ahora mismo, por ejemplo, anda pendiente de si cuaja el proyecto de Antonio Mohamed: "Estoy dándole una oportunidad. Empezó de una forma difusa, con el partido contra el Atlético quedamos muy contentos y a partir de ahí parece que el empate ha entrado en nuestras vidas. Creo que los jugadores están contentos, me da esa sensación desde fuera y eso es importante también. Parece que quiere un juego mucho más rápido".

Televisión y teatro

Como creador, sus peripecias nutren de alguna manera sus obras. El Celta pronto comenzó a aparecer en sus historias "de manera natural". En "Hermanos", otra serie televisiva cuyo segundo capítulo se ambientaba en Vigo, trazaba un paralelismo entre la reconversión de los astilleros y la reconversión que el conjunto olívico precisaba en ese instante. Su obra de teatro "El gol de Álex" trata de la homosexualidad en el fútbol, con el Celta en el cogollo y en la cartelería de la gira por todo el país. "El Celta me dijo que adelante y nos dieron permiso para sacar la camiseta", agradece.

"Vivir sin permiso" es su último encargo. Una serie de Telecinco basada en un relato de Manolo Rivas, con el narcotráfico como telón de fondo, protagonizada por José Coronado y Álex González, entre otros, y grabada en escenarios de Vigo y Arousa principalmente. "Me sentí muy contento cuando me llamaron para trabajar en la serie, es una zona que conozco muy bien", recuerda. Ya se ha emitido el primer capítulo.

Hernández Centeno ha formado parte de un grupo de cuatro o cinco guionistas coordinados por quienes figuran como creadores, Aitor Gabilondo y Joan Barbero. Los jefes y compañeros le aceptan la rareza celtista y le consienten lo que anuncia: "En una escena muy importante en el capítulo tres (que se emitirá el 8 de octubre) hay un homenaje brutal a Iago Aspas donde se dice que es el mejor futbolista del mundo". Las razones de su preferencia están claras: "Iago me parece un monstruo, cómo ve el juego, cómo está siempre libre, cómo sabe dónde colocarse... Es un jugador maravilloso". Disfrutarlo como propio es otro legado del amor.