Iván Villar desanda el camino para recobrar impulso. El cangués, de 21 años recientes, se entrenará con el primer equipo y competirá por titularidades y convocatorias; cuando Mohamed no lo necesite jugará con el filial. Ha aceptado que a su tierna edad le perjudicaría otra campaña improductiva como la anterior. Villar se sentará hoy en el banquillo de Balaídos con el dorsal 26. El 25, que portaba, se lo ha entregado a Júnior Alonso.

Villar sabe que Sergio Álvarez y Rubén Blanco lo superan en el escalafón. Solo la baja por lesión del mosense le ha abierto hueco en la lista. Hubo equipos interesados en obtener su cesión. "Con Iván hablamos. Él tenía alguna propuesta para irse a otro club, pero decidimos que se quede con nosotros", revela Mohamed, que matiza: "Pero con un carné de la filial (el argentino lo dice en femenino), del Celta B".

La modificación legal de su ficha le conviene a Júnior Alonso. Villar cede el número 25 al paraguayo. El Celta, a expensas de las salidas que se produzcan antes del cierre del mercado, tiene todas las fichas profesionales ocupadas -a los porteros, salvo que haya otras libres, se les adjudican el 1, 13 y 25-. El catálogo definitivo de dorsales se conocerá tras el 31 de agosto.

Pero es la formación de Villar lo que prima en la maniobra. "El puesto de arquero es diferente al puesto de campo, el arquero tiene una sola posibilidad de jugar", explica Mohamed, que relata su conversación con Villar.

- ¿Ves algún arquero de 21 años en la Primera División?

- Es muy difícil.

- Si quieres ir a otro lugar para ser suplente nuevamente y estar un año sin jugar, lo puedes hacer. En cambio aquí puedes competir por un lugar, entrenar con la Primera División, con el primer equipo, y estar teniendo minutos en la filial.

"Lo entendió perfectamente, lo analizó y vio que era su mejor opción. La aceptó sin ningún problema", asegura Mohamed. "Mañana va con nosotros al banco de suplentes y cuando estén todos los arqueros va a competir por un lugar. Y cuando no le toque competir con nosotros va a jugar con el filial".

Villar ha escarmentado en carne propia. Hace un año forzó su inclusión en la plantilla profesional aferrándose a una cláusula del contrato. Pero no jugó con Unzué y tampoco en su cesión al Levante. Mohamed lo ha convencido de que debe reanudar su progresión en el punto en que quedó interrumpida.