Iago Aspas, Maxi Gómez y Stanislav Lobotka son los célticos de mayor cotización a nivel internacional. El Celta cuenta con retener al delantero moañés. Nada ha vuelto a saberse de pretendientes como Valencia y Atlético de Madrid, que preguntaron por su situación a comienzos de verano, y la liga china, siempre al acecho, ya ha clausurado las inscripciones para su segunda vuelta. Aspas quiso aplazar hasta después del Mundial las negociaciones para su mejora salarial, con el consiguiente blindaje. Ahora el Celta puede tratar este asunto sin tanta presión.

Maxi Gómez y Lobotka, mientras, siguen en el escaparate. Su futuro puede resolverse en gran medida en los próximos tres días, los que faltan para que la voraz Premier League cierre su mercado. Pero en el caso del centrocampista eslovaco ya se conocen otros posibles pretendientes y alguno tan poderoso como el PSG.

La Premier League ha decidido que el movimiento de jugadores no enturbie su torneo. La ventana inglesa se cierra este jueves, justo antes del arranque liguero. Cuentan que algunos clubes ya se han arrepentido de la decisión por lo que supone de desventaja competitiva. Los negociadores de otros países se aprovechan de esa premura. El estrés de los ejecutivos se acentúa en estos días.

El West Ham sigue manejando el nombre de Maxi Gómez. Lo ha hecho saber a través de intermediarios secundarios, toda vez que el Celta ha roto relaciones con la agencia de representación del uruguayo, Stellar Group. Pero hasta ahora no parece acercase a los 50 millones de la cláusula de rescisión. En la cúpula de Príncipe se manifiestan con serenidad al respecto. No creen que Maxi vaya a moverse de Vigo.

A Lobotka, por su parte, lo relacionan de forma insistente con el Tottenham; un club poderoso, en crecimiento de la mano de Pochetino y con figuras como Kane, dispuesto a conquistar la liga. Si realmente concretasen su apuesta, el traspaso debería aproximarse a la cláusula de 50 millones.

Depender de compradores de la Premier proporciona al Celta la ventaja de disponer de margen de acción, con casi todos los demás mercados mundiales disponibles en lo que resta de agosto. Eso no sucedería si es un club no inglés el que paga la cláusula sobre el cierre. Aunque el Celta dispondría de un mes extra para fichar, se le habría reducido mucho el catálogo de alternativas.

Pero puede suceder porque Lobotka gusta mucho en los despachos más lujosos del continente y son varios los directores deportivos que lo tienen como segunda opción, pendiente de cómo evolucionen otras operaciones. Sucede con el Inter, que aún sigue empeñado en Modric. Y sucede con el PSG si finalmente venden a Rabiot o Verratti. Un movimiento de uno de los centrocampistas más afamados puede desencadenar un efecto dominó que acabe con Lobotka fuera del Celta.