El Celta espera el lunes, fecha fijada para el inicio de la pretemporada en A Madroa, a los cuatro futbolistas declarados transferibles por su negativa a renovar: Daniel Wass, Jonny Otto, Sergi Gómez y Borja Iglesias, cuya salida del club se da por segura este verano. A la fase preparatoria no se incorporarán ya presumiblemente Theo Bongonda y Pablo Hernández, el Tucu, que ultiman su traspaso al Zulte Waregem belga e Independiente de Avellanada argentino, respectivamente.

A cinco días escasos de que Antonio Mohamed asuma las riendas del banquillo, la situación de los futbolistas declarados en rebeldía permanece estancada y todos los indicios apuntan a que van a tener que esperar en A Madroa a que se resuelva su futuro. No hay señales de que en los próximos días pueda producirse algún acuerdo.

La situación más tensa afecta a Daniel Wass, quien hace tiempo ha declarado su intención de mejorar y jugar la próxima campaña en un equipo de Liga de Campeones, preferentemente español. El centrocampista comunicó al Celta que ficharía por el Valencia, se despidió de sus amigos vigueses e informó al club que ya buscaba piso en la ciudad del Turia sin que mediase oferta del equipo che. La actitud del jugador provocó el enfado del presidente Carlos Mouriño, que decidió poner al danés en el mercado, aunque sin darle facilidades. Se tasó a Wass en seis millones, el precio que los agentes del futbolista dijeron que esperaban conseguir. Pero el Celta continúa esperando una oferta satisfactoria. El Valencia, por ahora, se ha movido tibiamente, claramente por debajo de las expectativas del club.

Si no media una propuesta aceptable, el jugador tendrá que reincorporarse a los entrenamientos este lunes con su futuro en el aire. No se descarta que se le aparte del equipo en tanto no se resuelva su situación, como le ocurrió cuando militaba en el Evian francés justo antes de ser traspasado al Celta.

Stella Group, la agencia de representación de Wass que también se ocupa de los intereses de Sergi Gómez, se ha limitado a señalar que el centrocampista considera que su ciclo en el Celta ha concluido y busca nuevos retos en su carrera.

También se espera el lunes en A Madroa al canterano Jonny Otto, cuya salida también se ha decidido siempre que el precio lo justifique. En un primer momento el Celta evaluó la posibilidad de que el lateral vigués quedase libre después de cumplir su contrato, pero finalmente ha preferido ponerlo en el mercado ante la sospecha de que el próximo curso pudiese echársele encima la grada. A diferencia de Wass, Jonny comunicó con mucha antelación al Celta su intención de cambiar de aires una vez concluyese su contrato.

El jugador de Matamá era también hasta hace algún tiempo el único jugador del plantel por el que el Celta había recibido una propuesta en firme, concretamente del Atlético de Madrid, que ofreció 7 millones de euros. El club vigués los rechazó y en A Sede no han vuelto a tener noticias del conjunto colchonero. Jonny lleva tiempo en el punto de mira de otros equipos españoles, como el Sevilla o el Betis y tiene buen cartel en la Premier League, pero no consta que ningún otro club, además el Atlético de Madrid, haya movido ficha.

El caso del catalán Sergi Gómez tampoco parece fácil de resolver. En marzo pasado la renovación del defensa central parecía encarrilada, pero el cambio de agencia de representación dio un inesperado vuelco a la situación. El zaguero comunicó al Celta que contaba con ofertas importantes que finalmente no han llegado a la sede de Príncipe. Los representantes del jugador, sin embargo, aseguran que Sergi no se ha negado a renovar y esperan que el Celta les traslade una propuesta que prometen estudiar. Stella Group lamenta que su relación con el Celta se haya deteriorado y achaca el problema su intervención en el fichaje del canterano cadete Raúl Dacosta por el Real Madrid.

Seguramente el que tiene más posibilidades de no volver este lunes es el delantero compostelano Borja Iglesias, que espera en Zaragoza que se cierre su pase al Espanyol El conjunto perico pes el que más fuerte ha apostado por él y el único en el que ahora mismo baraja jugar el artillero, que espera en Zaragoza el cierra de la operación y confía en no tener que regresar ya a Vigo.

El caballo de batalla de la negociación es la exigencia del Celta de incluir en la operación una cláusula de recompra. Tanto el Espanyol, como el propio jugador, que considera que el club vigués no ha apostado lo suficiente por él y está totalmente decidido a cambiar de aires, se niegan. El Celta pretendía que Borja iniciase al menos la pretemporada antes de tomar una decisión pero el futbolista ya se ha decidido a salir y en estas circunstancias parece que solo hay que esperar a que los dos clubes se pongan de acuerdo en el precio de venta, que podría rondar los 8 millones de euros.