Pocos lugares son capaces de destilar tanto celtismo como A Illa. El pequeño municipio arousano, de tan solo siete kilómetros cuadrados de superficie, siempre ha presumido de celeste, por delante de los trasatlánticos que son el Real Madrid o el Barcelona, y ayer volvieron a demostrarlo durante la celebración de la IV edición de la Romaría Celeste. El evento coincidía con su XX aniversario, por lo que Carcamáns no dudó en tirar la casa por la ventana y conseguir unos registros que van a ser muy difíciles de batir en el futuro, al superar el millar de comensales, ya que ninguna de las peñas celestes quiso faltar a la cita. No faltó una representación del club, encabezada por el vicepresidente del Celta, Ricardo Barros, y por el presidente de la Federación de Peñas, José Méndez.

Todavía quedaban horas para que se abriese la carpa gastronómica cuando A Illa comenzó a teñirse del color celeste de las camisetas. Todas ellas se fueron concentrando en las proximidades de la sede de Carcamáns, situada en la plaza de O Campo para asistir al pregón de la Romaría. El elegido para ello fue un ilustre integrante de la peña y enamorado del municipio en el que lleva varios años residiendo, el actor Carlos Blanco, que comenzó su intervención alabando dos de las características de los vecinos de A Illa: "festeiros e celtistas, aquí é fácil ser do Celta e nunca lles parecerá mal que o pasedes ben, porque na Illa you'll never drink alone". Contrapuso al Celta con Madrid o Barcelona, un equipo que no contrata seleccionadores antes del Mundial ni cracks brasileños timando a Hacienda, "nin sequera se leva ben co alcalde de Vigo". Tampoco se olvidó de enviarles un mensaje a los "veciños do norte, esos que sempre tratan de sacar a vaixela, aínda que os botaremos de menos". También envió un mensaje contra el machismo y un mensaje a las mujeres que, cada vez en mayor número, siguen al Celta: "querémosvos libres, bravas e celestes".

El pregón fue el preludio de la comida de confraternización, en la que se llenó por completo la carpa situada en la calle Ribeira do Chazo, desde la que se podía contemplar el mar mientras se degustaban mejillones de la ría de Arousa, croquetas y una abundante ración de paella. La fiesta continuó durante toda la tarde, ya con los conciertos de O Regueiro, a cuyo escenario se subieron Malandrómeda, Noite Fechada, Igmig, De Vacas y Keltoi.