Estaba desubicada la selección española en el Krasnodar Stadium en su amistoso contra Túnez. El primer partido de la Roja en tierras rusas no seguía el guion esperado frente a un rival inferior. España no generaba peligro y el combinado africano ponía en serios aprietos a la defensa del equipo de Julen Lopetegui. Ajeno a todo esto estaba Iago Aspas en la banda. El delantero de Moaña, hoy suplente, se recreaba en la modernidad del estadio ruso. A su memoria venían recuerdos felices muy recientes. Iago Aspas recordaba sus carreras por el césped del Krasnodar Stadium celebrando su gol hace poco más de un año, un gol que le dio el pase al Celta a los cuartos de final de la Europa League.

Perdido en su melancolía le llegó a Iago el grito de Lopetegui en el minuto 75. Le tocaba volver a saltar a un terreno de juego donde fue feliz. Pero esta vez no iba a ser con la celeste, sino con la camiseta de la selección española. El canterano del Celta entró por Jordi Alba y al igual que frente a Suiza coincidió dentro del campo con Diego Costa. No tardó ni diez minutos en recuperar las viejas sensaciones. Jugada personal de Costa, dejada a Aspas en la frontal y zurdazo por el palo corto que batió al portero de Túnez y dio la victoria a España en un amistoso que parecía encaminado al cero a cero.

Quinto gol de Iago Aspas como internacional en tan solo diez partidos. El moañés llega a la cita de Rusia como un tiro y postulado para ser titular en el debut de la Roja el próximo viernes (20.00 horas en Sochi) contra Portugal.