El Celta inició en la jornada de ayer la regeneración del terreno de juego de Balaídos, un proceso habitual en la mayoría de clubes al término de la temporada y que permite combatir el desarrollo de la maleza común, poa annua.

El proceso de sustitución de la hierba del estadio vigués comenzó retirando el tapete a una profundidad de 2 centímetros para, posteriormente, realizar la siembra del nuevo césped. Esta medida también permitirá favorecer el sistema de drenaje del campo.