| El palco de Balaídos se ha convertido en el retrato simbólico del conflicto institucional entre Celta y Concello. El presidente celeste, Carlos Mouriño, se niega a compartir asiento con el alcalde olívico, Abel Caballero. Ayer, en los prolegómenos del partido, Mouriño se situaba a la derecha del presidente del Levante, Quico Catalán, dejando vacío su asiento. Pero Abel Caballero no asistió al partido -su agenda lo situaba visitando el montaje de Navalia en el Ifevi-. Así que Carlos Mouriño acabó ocupando la silla presidencial, corriendo de asiento a sus consejeros Ricardo Barros, Pedro Posada y Primitivo Ferro, y a su izquierda se situó David Regades, segundo teniente de alcalde y vicepresidente de la Diputación de Pontevedra.