El pasado sábado, en O Noso Derbi, Hugo Mallo cumplió 300 partidos con el Celta. El zaguero de Marín se convertía así en el séptimo futbolista en alcanzar el tricentenario de partidos en la historia del club celeste. Antes que él lo lograron cinco leyendas vidas del celtismo: Santiago Castro (328), Juan Fernández (349), Vicente Álvarez (353), Javier Maté (369), Atilano Vecino (393) y Manolo Rodríguez Alfonso (Cangas de Morrazo, 1947), conocido por el sobrenombre de el Gran Capitán, que ostenta el récord de encuentros disputados con el conjunto vigués con 532 entre 1966 y 1982.

Con motivo del tricentenario de Mallo, FARO reunió ayer en A Madroa al actual capitán del Celta con el histórico líder del equipo en un animado encuentro -hasta ayer no se conocían en persona- en el que el pasado, el presente y el futuro del Celta charlaron de fútbol y liderazgo. En cuestión de pocos minutos, Mallo y Manolo descubrieron que, pese a la diferencia de edad y el distinto fútbol que les ha tocado vivir, son muchas las cosas que tienen en común.

El lateral marinense y el central criado en el barrio de Teis se profesan admiración mutua. "No conocía a Manolo personalmente y estoy encantado", señala Mallo del encuentro auspiciado por este diario. Y subraya: "Es un orgullo para mí conocer al eterno capitán. La verdad es que me gustaría llegar a ser algún día la mitad de lo que ha sido él. Estoy muy contento. La palabra Gran Capitán ya lo dice todo".

"Bueno, lo de Gran Capitán es algo que te ponen. Yo no soy quién para hacer juicios de valor. Estuve muchos años aquí y supongo que es por eso", replica Manolo. Y añade sobre Mallo: "Hugo es un chico que empezó muy joven, todavía más que yo porque en mi época en el Celta solo había juveniles y el primer equipo. Él empezó ya de niño, con ocho o nueve años, y subió al primer equipo también muy joven, con 18 años, como yo. Su trayectoria está ahí, si ha llegado a jugar 300 partidos es por algo. En esta profesión nadie te regala nada".

El capitán del primer equipo europeo del Celta y el que lideró el vestuario celeste en la última participación continental descubren que es mucho más lo que les une que lo que les separa, a pesar de que Manolo colgó las botas seis años antes de nacer Mallo. Los dos (aunque Manolo se vino a vivir muy pequeño a Vigo) proceden de O Morrazo, ambos se formaron en la cantera y pasaron por el equipo juvenil antes de dar el salto al primer equipo en un momento de necesidad para el club, cuando militaba en Segunda División. Los dos sufrieron también una importante lesión de rodilla que puso en peligro su carrera. Mallo la superó sin secuelas; Manolo nunca volvió a ser el mismo. "Estábamos hablando antes que los dos nos hemos lesionado la rodilla, no de la misma manera, pero sí ante dos jugadores a nivel mundial, él ante Johan Cruyff, casi nada, y yo ante Cristiano Ronaldo. La verdad es que hay bastantes similitudes: los dos somos del Morrazo, capitanes, viniendo jóvenes, debutando en Segunda. Hasta en las lesiones nos parecemos. Parece que somos familia, vamos", apunta Mallo.

Manolo reconoce que los problemas de rodilla lastraron su carrera y le obligaron a cambiar su modo de jugar. "Después de la lesión tuve que jugar de otra manera porque estaba en unas condiciones físicas inferiores. Estaba cojo o medio cojo y cuando esto pasa tienes que tratar de jugar con más inteligencia", refiere.

Aunque 27 años separan la retirada de Manolo del debut de Hugo Mallo, los dos coinciden a la hora de señalar las virtudes que deben distinguir a un capitán. "Es mucha responsabilidad porque, de algún modo, te eligen para que respondas por todo lo que pueda pasar. Y tratas de apagar los fuegos lo mejor posible, pero al final es el grupo el que manda y ordena", establece Manolo.

"Al final es un grupo de veintitantos jugadores en plantilla más el cuerpo técnico y hay momentos en que sí que es complicado porque no todos piensan de la misma manera o no todos quieren los mismo. Siempre tienes que apaciguar un poco entre ambas partes y que todo vaya lo mejor posible. Al final esto es clave para el buen rendimiento del equipo", señala Mallo.

Más que un regalo, la capitanía supone un problema. "Muchas veces se trata de apaciguar los ánimos y de reconducir situaciones que están enquistadas. Y bueno, pues unas veces tienes que hablar con los compañeros, otras con el presidente, otras con el entrenador, siempre hay alguna cosa. No se asume con gusto, es más bien una carga" , confiesa Manolo.

"Son situaciones que están ahí, cosas que suceden en el fútbol. Hay que darle la importancia que tienen, pero al final esto sigue y tampoco podemos desgastarnos más de lo que la situación requiere. El equipo sigue competiendo y hay que seguir entrenando y estar todos juntos para tapar o parchear cualquier problema", destaca Hugo Mallo. "Ser capitán es más que llevar el brazalete. El vestuario es sagrado", convienen.

Una de las cuestiones que ambos se preguntan es Mallo batirá el récord de partidos jugados en el Celta de Manolo. Éste cree que lo conseguirá pero el marinense prefiere, de momento, tomarse las cosas con calma. "Manolo está aún muy lejos. Me gustaría batir su récord, pero es muy complicado. Estoy en buena dinámica, pero son muchos partidos. Ojalá pueda superarlo, pero de momento me centro en superar a Santi Castro, a Maté, a Atilano, que son los que están más cerca" indica.

"Yo creo que lo puede conseguir, pero tiene que tener suerte con las lesiones. Pero con sus condiciones físicas y técnicas lo puede conseguir tranquilamente. Pero tiene que ir poco a poco, pasando a otros compañeros que están ahí. Y al final todo llega", replica el Gran Capitán céltico, que remacha: "Es algo que está ahí y que, te guste o no te guste, no lo puedes evitar. Es ley de vida que las cosas se vayan superando. En la vida se va mejorando en todo y por lo tanto es lógico que se vayan superando récords. Me alegraré el día que lo haga porque será señal de que ha dado un rendimiento extraordinario en el Celta y de que el Celta puede estar orgulloso de él".