Sergio Álvarez ha vuelto a hacerlo. El "Gato", fiel a su apodo, ha recuperado la titularidad cuando todo apuntaba a la consolidación del reinado de Rubén Blanco. Pareció incluso que Sergio estaba viviendo sus últimos días como céltico. Pero concluirá abril renovado y reivindicado. Tras 19 jornadas ligueras como suplente, ha sabido aprovechar la lesión de su compañero. Ha encajado cuatro goles en cinco partidos y sus actuaciones basculan entre lo decente y lo extraordinario, como ante Sevilla y Leganés. Sergio ha concedido una extensa entrevista a CeltaTV en la que repasa su carrera, avanzan su futuro y analiza la situación del equipo. Realiza, sobre todo, un canto de amor a su oficio. Palabra de Gato.

Revela, de entrada, que el apodo se lo pusieron cuando niño en el Arosa por lo obvio de su agilidad. Aunque la querencia por la portería le llegó por su condición de primo pequeño y en consecuencia, candidato a ejercer como tal en las pachangas familiares "para que no molestase". No lo lamenta, claro: "Gracias a ello estoy disfrutando de algo que me permite vivir de ello".

Fue Dani Abalo, que lo conocía de Vilagarcía, el que popularizó el sobrenombre en A Madroa. Y como dilecto miembro de la factoría celeste, Sergio defiende a los canteranos, a los que anima desde su propio ejemplo. Les recuerda, de entrada, que no deben tener prisa por destacar: "Siempre fui un jugador normal, que no llamaba la atención. Fui un par de veces con la selección de Pontevedra cuando era alevín pero después no volví a ir convocado hasta que a los 19 años fui a dos entrenamientos con la selección española sub-19", recuerda. "A veces no hace falta que vayas con la selección para llegar a Primera División y espero que esto los niños también lo tengan en cuenta. No siempre llega el que más destaca de pequeño".

Sergio predica de obra y palabra su filosofía vital: "Hay que saber que tienes que trabajar día a día, entrenar, hacerle caso a tus entrenadores y tratar de hacer en el campo lo que te piden. Creo que eso es fundamental: el trabajo, la constancia, el día a día y el tratar de superarse".

Habla también el catoirano de la relación entre porteros, competidores y a la vez hermanos de una casta especial: "Es fundamental que haya una buena sintonía, que haya un buen ambiente de trabajo y que al final nos ayudemos entre nosotros. Y eso aquí existe desde hace muchos años y para mí es fundamental para que yo o Rubén trabajemos y mejoremos cada día".

"Unzué confía en nosotros. Él fue un gran portero, y al final acaba entendiendo más a esa persona", declara. Y reconoce: "Esta temporada nos falta tener un poco más de regularidad para poder estar en esas posiciones de Europa. No acabamos de entender nuestra irregularidad. Intentamos que no suceda".

También anuncia durante la entrevista por dónde piensa encaminarse cuando se retire: "El fútbol lo llevo dentro, amo esta profesión y me gustaría seguir vinculado a este deporte. De hecho me estoy formando como entrenador, así como me preparé como entrenador de porteros. Me haría ilusión ser entrenador de porteros o en algún momento ser entrenador. Pero en un principio me gustaría ser entrenador de niños. Son como esponjas".