La guerra entre la directiva del Celta y el alcalde vivió ayer uno de sus episodios más cruentos cuando el club anunció que Carlos Mouriño no volverá a sentarse junto a Abel Caballero en el palco de Balaídos hasta que "no cumpla su palabra y deje de atacar sin motivo a la entidad", según reza el comunicado emitido ayer por el club. Esta noche, con motivo de la visita del Barcelona a Balaídos, comenzarán a aplicar la medida. Si Caballero acude al estadio como suele ser habitual la directiva de Carlos Mouriño se trasladará a otro sector del palco, ajeno a la zona presidencial y dejarán allí al alcalde. En el supuesto de que éste no acuda al estadio el cuerpo directivo del Celta sí ocupará sus asientos habituales.

A última hora de ayer fuentes municipales, sin llegar a desvelar sus intenciones para hoy, puntualizaron que "nosotros vamos al campo a ver fútbol y no a hacer política" y mostraron su intención de seguir defendiendo los intereses de los ciudadanos: "Nos debemos a ellos, otros defienden sus intereses".

La decisión del club vigués , hecha pública en un comunicado, supone un paso más en el enfrentamiento que se vive en las últimas semanas después de que el Concello de Vigo presentase alegaciones al proyecto de ciudad deportiva que el Celta ha puesto en marcha en Mos. Esa decisión rompió la entente cordial que se había establecido a finales de 2017 cuando en el concurrido acto en el Hotel Los Escudos el Celta, el Concello y la Xunta escenificaron el acuerdo para llevar adelante los proyectos de reforma del estadio de Balaídos y el de la ciudad deportiva en Mos. Pero las alegaciones del Concello al complejo del Celta hizo saltar por los aires cualquier armisticio. Carlos Mouriño dio hace unos días una rueda de prensa en la que cargó duramente contra Abel Caballero ("no me sometes, alcalde", llegó a decirle) y ahora hace pública su decisión de no sentarse a su lado en el palco.

En la nota hecha pública ayer el club advierte de que solo abandonará esta medida "cuando el alcalde respete y cumpla los acuerdos alcanzados con el club, entre ellos realizar una remodelación del estadio que incluya los servicios, espacios y comodidades para nuestros aficionados que requiere un estadio de primer orden en una Liga de primer nivel, otorgar la concesión de Balaídos en las condiciones pactadas y con la finalización de las obras en los plazos acordados, y respetar el crecimiento del Celta en el municipio limítrofe de Mos".

Horas después llegó una respuesta desde el Gobierno de Vigo. Fuentes municipales recordaron que "los acuerdos sobre Balaídos se están cumpliendo y se está haciendo la más importante remodelación de su historia. Dos gradas hechas y el proyecto de gol, marcador y el aparcamiento, en marcha. Ningún campo de fútbol de España está en una remodelación de esta envergadura pagada con fondos públicos; en tiempos y plazos adecuados. La reforma de Balaídos sigue su marcha". Sobre la nota hecha pública por el Celta aseguraron desde el Concello que "esta declaración, de quién sea del Celta, es profundamente antidemocrática. No obedece al interés del Celta y la ciudad de Vigo sabe muy bien a qué razones obedece. La defensa de la ciudad, de sus ciudadanos, es lo que siempre movió a este gobierno. Y seguiremos defendiendo a Vigo contra todos los que lo intenten perjudicar. Los ciudadanos saben muy bien a qué obedece esta decisión de alguno del Celta". En este sentido aseguraron que el Gobierno municipal "se debe a sus ciudadanos mientros otros defienden sus intereses" y sin llegar a desvelar sus planes para esta noche, simplemente apuntaron que "nosotros vamos al campo a ver fútbol, no a hacer política".